En el pasado la gente quería ir al cielo, al paraíso, con Dios, y encontrar la paz. Todo lo contrario, el encuentro con Dios sería motivo de mucho problemas, de muchas preguntas, de mucha ira y rabia contra Dios porque te creó sin tu permiso, creó el mundo lleno de sufrimientos, y tú has tenido que vivir en él. Creó todo tipo de deseos en ti que nunca parecen ser satisfechos; cada deseo pide más y más y más, no tiene fin. ¿Acaso crees que el encuentro con Dios sería un encuentro pacífico? ¡Sería el mayor de los combates! Según una antigua historia, Dios vivía en la calle Mahatma Gandhi, en Puna. Pero la gente le atosigaba constantemente pidiéndole cosas; y no importaba que fuera de día o de noche, la gente siempre estaba a las puertas de la casa de Dios en la calle Mahatma Gandhi. Tenían tantos motivos para quejarse, y ¿a quién iban a presentarle sus quejas? Era como si, de una forma u otra, todo estuviera mal. Algunos eran demasiado altos y otros eran enanos, algunos habían acumulado todas las riquezas y otros eran mendigos. Algunos eran muy guapos y otros estaban justo al otro extremo... Dios le dijo a sus compañeros: "Esto es intolerable. Tenemos que encontrar algún lugar al que nos podamos mudar". "de acuerdo --dijo Jesús--. Podemos mudarnos al Everest, hasta allí no llegará nadie". Pero Dios le contestó: "Tú todavía eres muy joven para comprender y ver el futuro, pero como yo sí que puedo verlo, sé que ese lugar no sería seguro durante mucho tiempo. La gente no tardaría mucho en llegar allí y tendríamos que volver a mudarnos. Tenéis que encontrar algún lugar donde no tengamos que volver a mudarnos". El Espíritu Santo sugirió: "Entonces, la luna sería un buen lugar". "Tú no comprendes el problema --dijo Dios--. estos locos llegarán al Everest, a la luna, a Marte, ¡y sin ningún propósito! Pero si me encuentran en algún lugar me matarán, porque, como es natural, ellos creen que soy el responsable de todo". Entonces, un hombre que estaba entre la muchedumbre, un viejo sabio , ser acercó a Dios y le susurró algo al oído, a Dios se le iluminó la cara y dijo: "¡Ese es el lugar correcto!". Lo que le dijo a Dios fue: "No hace falta que te vayas muy lejos, simplemente entra en el propio ser del hombre. Allí no irá nunca, ese es el único lugar donde no se le ocurrirá buscar. Puedes estar tranquilo". "Creer en lo imposible antes del desayuno" --- Osho ---
La palabra Islam
significa sumisión. Se trata de la aceptación de la voluntad de
Dios o del sometimiento a la misma, manifestada por su enviado
Mahoma, por medio del libro revelado (el Corán). Por esto es una de
las “religiones del Libro”, a las que Dios ha comunicado su
palabra: judaísmo, cristianismo, islamismo. Los seguidores del Islam
se llaman musulmanes (creyentes) y forman una comunidad muy unida (la
Umma o comunidad madre). El Islam queda clasificado entre las
religiones monoteístas y proféticas, acentuando el dar gloria Dios
único, Creador y Señor.
En toda religión
se acentúa la dependencia de Dios y la obediencia a su voluntad. El
Islam recalca esta sumisión especialmente por parte de cada
individuo ( “abd”, adorador y servidor). Mahoma es el profeta
enviado por Dios a la comunidad de los creyentes. El Islam se
fundamenta, pues, en tres pilares: el Corán o libro revelado (como
palabra de Dios), el profeta Mahoma y la comunidad (Umma)
Malasia consta de trece estados con una
población de veintisiete millones de habitantes. Dividida en dos
regiones, Malasia Peninsular situada en la península malaya
limitando con Tailandia al norte y con Singapur al sur y Malasia
Oriental situada en la zona septentrional de Borneo limitando con
Indonesia al sur y con Brunéi al norte.
La población malaya nacidos en Malasia
son todos musulmanes, según el artículo 160 de la constitución de
Malasia, pero son una sociedad multireligiosa con distintas etnias
cada cual con su religión. Aproximadamente el 60% de la población
practica el islam, el 19% el budismo, el 9% el cristianismo, el 6%
hinduismo y el 2'5% la religión tradicional china. El resto en otras
religiones tales como el sijismo, animismo entre otras. En principio,
la constitución garantiza la libertad de culto.
Existe dos tipos de justicia en el
país, la difundida y aplicada por el islam. Las cortes islámicas
toman toda decisión que todos los musulmanes deben obedecer y seguir
en temas tales como el matrimonio, la herencia, la apostasía
(renuncia de la fe), la conversión o la custodia por ejemplo. Y la
justicia civil para el resto de población no musulmana con sus
propias cortes al igual que la islámica. Depende de tu creencia
serás juzgado por uno o por otro.
Estábamos en Kuala Terengganu e
hicimos caso de las recomendaciones del chico turco de la parada de
autobús. Jairo y yo nos encaminamos hacia una de las islas que nos
recomendó. Fuimos al sur para dirigirnos a Pulau Tioman Island. Para
ello teníamos que llegar a un pueblo costero donde salen los ferris
hacia diferentes islas. El pueblo en cuestión es Mersing, situado
en el estado de Johor y donde pasamos un par de días la mar de
tranquilos antes de coger el ferri.
Llegamos al pueblo en uno de los
confortables autobuses que ofrece este país en general. Nos dejó en
un lado de la carretera, apeándonos y recogiendo nuestros bultos
empezamos a observar nuestro alrededor y quedándonos perplejos del
encanto que desprendía Mersing. Justo donde nos dejó el bus,
mirando hacia arriba, podías ver una pequeña colina frondosa con un
letrero tipo como el de Hollywood, formando el nombre con las letras
grandes. Debajo de la misma se halla un templo chino con su
tradicional decoración oriental incluyendo sus dragones. En esa
misma calle mas abajo, también se hallaba una tienda donde
realizaban y hacían figuras de los dioses hindúes, figuras de
piedra para supongo exponer en templos. También realizaban los
símbolos y tipografía hindúes, como la famosa esvástica.
El símbolo de la esvástica se remonta
según algunos historiadores al siglo V a. C.. Originalmente fue
utilizado por los hindúes, teniendo un claro significado religioso.
Este símbolo tiene varios significados y todos positivos..puede
significar felicidad, suerte, bendición, salud, confirmación o un
adiós. Dependerá en que momento y acto se utilice para tener un
significado u otro. En Occidente conocemos este símbolo por la
esvástica alemana de la segunda guerra mundial. Lo que hizo el
“señorito” Hitler fue cambiarla y adaptarla a sus fines
utilizando el símbolo hindú. Transformando su significado de paz a
guerra, de suerte a desgracia, de felicidad a horror.
La verdad es que antes no estaba
familiarizado con todos estos símbolos y términos, también es
cierto que tampoco había convivido ni entremezclado con otras
religiones ni sitios o lugares donde se practicaran. Este viaje me
esta enseñando todo tipo de religiones y a convivir con ellas. El
destino es sabio...muy sabio, sabe que yo no creo en ninguna, que no
tengo fe de esa índole, y me muestra a cada paso enseñanzas. No es
que yo antes fuera radical ni extremista referente a las religiones,
pero si es cierto que no me hacían ninguna gracia, pero ahora que
conozco mas a fondo no solo una ni dos, sino varios tipos de
creencias y a sus gentes, hace que reflexione...
Observando la fe de la gente, como
conviven con sus religiones que forman y constituyen la personalidad
de una población, marcando el carácter de esas personas. Hace que
pueda conocer y comprender mejor la forma de ser y comportamiento de
la gente en general, llegando a sentir comprensión y no rechazo como
antes sentía. Estaré en desacuerdo y no creeré en absoluto las
mismas creencias que los demás, pero ¿quien soy yo para juzgar o
intentar imponer las mías?
Durante este tiempo sigo sin creer en
ningún Dios, es más, me reafirmo en que todo está en nosotros. Por
ejemplo el budismo no es ninguna religión en sí, sino una filosofía
de vida, Buddha no es ningún Dios, fue una persona normal como
cualquiera de nosotros con la gran diferencia de que el se iluminó y
llegó al nirvana, al equilibrio total. Al igual que el, también
ahora pienso que otros hombres en la historia también lo hicieron,
como Krishna o Jesús, pero sus mensajes de iluminación han sido
violados y maltratados durante la historia llegando a perturbar a la
humanidad. Pero porque el ser humano se corrompe con facilidad,
llegando a desprestigiar sus propias creencias, valores y condiciones
como persona.
Alguien podría decirme eso de que no
se puede generalizar, pero yo lo hago. Mayoritariamente, porque
vivimos en sociedades( de millones de personas ), todos nos
comportamos como la mayoría, como lo marca una sociedad,
despreocupándonos de lo más importante, de nosotros mismos, pero no
me refiero a nuestras necesidades sean cuales sean. No hay que seguir
a nadie en esta vida, ni idolatrar ni rezar a ningún ser superior a
nosotros. Nosotros somos nuestro propio Dios, nuestra propia luz, no
hace falta seguir a Buddha, ni a Cristo ni a ningún otro, ¡Hay que
ser un Buddha!, ¡un Cristo!, llegar a no solo descubrir la verdad...
sino transformarnos en ella. Es curioso que considerándome ateo, me
atraiga tanto el tema de la religiosidad. Desde que experimenté el
cambio, mi gran cambio, tengo otras inquietudes. Llegando a explorar
temas que antes ni me había planteado, pero el universo me tiene
preparado algo muy gordo, porque todo este camino tanto intenso como
emocionante y no me refiero al que estoy realizando exteriormente, me
tiene que llevar a algún sitio o estado, en eso si que tengo fe...
Nos alojamos en un hotel chino donde
pasamos dos noches. Durante el día paseábamos por la playa y su
largo paseo hasta llegar a una zona de rocas y jungla, la playa no
era paradisíaca ni mucho menos. Pero tenía su belleza natural y
salvaje. Mersing es un pueblecito tranquilo donde sus gentes hacen su
vida normal y se relacionan a la vieja usanza. Cerca de la playa y el
puerto de Mersing tienen ubicado sitios donde realizar distintas
actividades, pudiendo ver como por ejemplo gente en un parque o
explanada haciendo gimnasia, también puedes ver corrillos donde se
sientan a hablar y tomar algo de los puestos callejeros que suelen
montar. Jóvenes tomando algo en las terrazas de los mismos puestos y
los no tan jóvenes sentados echándose una partida a una especie de
juego tipo las damas. Todos ellos haciendo vida en la calle,
respirándose en el ambiente una armonía y tranquilidad especial. De
hecho, en vez de tomar Mesing como un pueblo de paso para pillar el
ferri a Pulau Tioman, quisimos quedarnos un par de días mas y
respirar de esa tranquilidad y paz que transmitía. Caminábamos por
la calle y sus gentes siempre absolutamente siempre, nos saludaban,
aunque nosotros no hubiéramos dicho nada anteriormente. A veces
incluso nos sentimos maleducados por no haberles saludado antes de
que ellos lo hicieran. Siempre te daban los buenos días, tardes o
noches, con una sonrisa y amabilidad. Aquello también hizo que
tomáramos la decisión de alargar la estancia.
De nuevo cogimos un ferri para llegar a
Pulau Tioman. La peculiaridad de la isla es que aquí te tienen que
dejar en la zona que tu elijas, ya que en ella no hay carreteras ni
vehículos que circulen. Lo máximo que hay son motocicletas que son
utilizadas por la gente de la isla. Nosotros fuimos a la zona “ABC”,
que así se llama la zona mas hippie y también la mas económica.
Había otras zonas mas apartadas y resorts exclusivos en los que
parada a parada, los grupos de gente iban bajando.
Encontramos después un rato regateando
y preguntando un bungalow adosado bastante majo y simple, la cama,
ventilador en el techo y ¡baño propio!. El bungalow estaba muy
cerca de la playa, solo había que atravesar el camino de tierra y
¡voilá!.
Teníamos como vecino a un chico
singapurense (Singapur), el cual sabía hablar algo de español ya
que había estudiado durante 3 meses en Texas (U.S.A.) en la
universidad. Nsin como así se llama había viajado bastante ( yo
creo que casi todo el mundo viaja, menos nosotros los españoles) y
se había dedicado por algún tiempo a ser profesor de buceo aquí en
Tioman Island. Teníamos largas y entretenidas charlas, nosotros
practicábamos nuestro ingles con el y Nsin practicaba su español
con nosotros (esto me recuerda a mi compañera de orfanato Meagan en
Pokhara, hacíamos lo mismo).
Tioman como he comentado antes, tiene
la peculiaridad de ser una isla sin carreteras ni coches ni tráfico
que rompa la armonía de la misma. Sólo puedes escuchar las motos
que circulan en una parte de la isla. En la zona donde estábamos
instalados Jairo y yo, había un camino de tierra y asfaltado de
forma peatonal. Andando hacia el sur unos cuantos metros, tenías
que atravesar parte de la jungla en la cual habían hecho un camino
(también asfaltado) tipo pasarela para atravesar parte de esa isla.
Volvias a bajar unas escaleras, las cuales daban a parar a una
pequeña cala donde se encuentra uno de los algunos muelles pequeños
que hay repartidos en la isla. Por las tardes, las gentes locales
solían tomarse su baño y en un puesto cercano, vendían pan duro
para dárselo a los peces y así poder sentir y ver de cerca la
diversa y colorida fauna marina. También fue uno de los sitios donde
quisimos disfrutar de las puestas de sol que aquí en Tioman son
increíblemente hermosas.
En la isla, el medio de transporte a
parte de tus propias “patas” es la bicicleta. Alquilamos unas
bicis para unos días y tengo que decir que es verdad eso de que lo
de montar en bici nunca se olvida. Llevaba mas de veinte años sin
coger una y tenía ese miedo tonto de volver a cogerla, pensando que
me pegaría una leche tras otra. Pero como todo, es afrontar tus
miedos. Por muy pequeños y ridículos que te parezcan siempre uno
debe enfrentarse a ellos. Da igual que sea miedo a montar en bici o
miedo a dejar tu vida para realizar otra, el caso es que se componen
de lo mismo. El miedo te frena y cada vez que superas uno, por
pequeño que sea, creces y ello te hace mas capaz.
Pues sin poner freno y pedaleando
recorrimos la isla descubriendo playas, sitios y escondrijos.
Uno de esos descubrimientos fue una
playa en el punto mas al sur. Recorrimos un camino de tierra y
piedras mientras a nuestra derecha divisábamos los acantilados y a
nuestra izquierda la rica y abundante vegetación, un espectáculo
visual verdaderamente increíble. Llegamos a dicha playa donde se
encontraba un santuario de tortugas, las cuales van allí a poner
sus huevos. En ese momento no había nadie, la playa estaba
desértica. Había una cabaña donde se supone suele haber una
persona que vela por las pobres tortugas, pero como digo no había
nadie, ni las tortugas ni el vigilante.
Dejamos las bicis para adentrarnos en
la paradisíaca playa, arena blanca, vegetación frondosa y algún
que otro tronco de árbol inclinado hacia el mar, vamos toda una
postal. Nos bañamos e hicimos snorkel y observábamos la gran
belleza a nuestro alrededor. Teníamos toda la playa para nosotros
solos, rodeados de bosque, naturaleza y rocas. Era un mini paraíso
terrenal.
A la vuelta volvimos por el camino de
tierra atravesando vegetación hasta llegar al empiece de una
carreterilla asfaltada que suelen tener algunos resorts para su
acceso y recorrido. Mientras paseábamos por uno de ellos (no había
otro camino, tenias que atravesarlos), en una cuesta me di un
importante piñazo, es decir me caí dándome una leche quemándome
el brazo izquierdo sobre el asfalto. El suelo quemando como quemaba y
en cuesta como estaba, hizo que me quemara bastante y tuviera el
brazo ensangrentado. Estábamos bastante lejos de nuestro bungalow
para poder ir enseguida a curarme las heridas, así que tuve que
solicitar ayuda a la madre naturaleza y fui a la playa donde se
ubicaba un resort cercano para lavármela y que el agua hiciera el resto en
un primer momento. ¡Vaya! Al final tuve que estrenarme y me di la
leche, pero bueno, esta vez no esperé veinte años para volver a
montar y quitarme el miedo. Aprendí la lección y después del
primer momento, volví a pedalear de nuevo. Eso si, parecía salido
de alguna guerra, pierna y brazo ensangrentados y todo dolorido. Todo
fue bien después, gracias a los cuidados médicos de Jairo (¡dios!
como escuece el alcohol 96º).
Quitando el incidente, por lo demás
nuestra estancia en Tioman fue muy relajante a la par que activa.
Cerca de la zona donde estábamos instalados, hacia el norte. Podías
explorar caminando y haciendo pequeños trekkings mas partes de la
isla. Subimos una ladera donde había amarrada a la tierra una gran
cuerda para ayudarte a subirla y luego atravesabas y te introducías
en la jungla. Siguiendo los caminos, llegabas a otras zonas de
resorts y bungalows con sus playas correspondientes y donde en esta
parte de la isla el agua de ve de un color mas azulado y clara.
También pudimos comprobar que la caída
de los cocos de las palmeras, son mortales. Sabíamos que era así
porque lo habíamos visto en un reportaje, pero un día paseando con
nuestras bicis, en un camino asfaltado, en el lateral hay una
formación lineal de palmeras muy altas (3 o 4 pisos), pues justo
cerca de una, oimos como se desprendía un coco y vimos como chocó
contra el suelo generando un gran ruido seco y lo mas sorprendente es
que el coco no se rompió nada. A si que eso de ponerse bajo una
palmera, queda muy exótico pero nada recomendable. En algunas islas
de Tailandia y en Malasia es un alto índice de mortalidad y en
algunos sitios es la principal causa de ella.
Muy cerca de allí había unos chicos
con una furgoneta parada con una canción a todo volumen. Por
supuesto nosotros no teníamos ni idea de cual era, pero nos gustó y
nos pareció bonita. Tal vez fuera la falta de costumbre, no
escuchábamos música habitualmente, salvo la de las tiendas,
restaurantes o sitios a los que íbamos. Nos acercamos a ellos, y
como suelen hacer, esta vez fui yo quien empezó a preguntarles sobre
ellos y sus cosas y por aquella canción que nos sonaba de maravilla
en esos momentos. El chico, musulmán, muy amable nos explico que la
canción es un “hit” alli en Malasia. Nos escribió el nombre, se
lo agradecimos y al poco nos marchamos. Después de nuestra estancia
en Tioman pude averiguar, que la canción es un cántico a Aláh, de
ahí que sea un hit en el país.
Estuvimos una semana en Tioman,
seguimos recorriendo caminos con las bicis, deleitándonos de las
calas y playas. También de las maravillosas puestas de sol y la
oscuridad estrellada de la noche. Compartimos cenas, risas y
conversaciones con nuestro vecino Nsin.
Descubrimos asombrados murciélagos
gigantes que habitaban en los árboles de las isla. Creyendo yo en un
primer momento mientras asomaba la noche y nos sobrevoló uno, que era un águila como las
que veíamos durante el día, mas que nada por su tamaño. Pero como
si de una película de terror o suspense tipo Hiscot se tratara,
empezaron a sobrevolar por encima de nuestras cabezas decenas de
ellos, algunos verdaderamente inmensos. Nos quedamos alucinados,
estábamos viendo y se podría decir que esquivando a los famosos e
inmensos murciélagos gigantes que existen por esta zona del mundo.
Fue una auténtica experiencia para ambos.
Hemos visitado muchos sitios y hemos
gozado de numerosas y maravillosas islas en Tailandia por ejemplo.
Pero era una de las pocas veces que realmente nos dio pena marcharnos
de algún lugar como era el caso. Cuando estuvimos en el pequeño
muelle, el mas cercano a nuestra zona para irnos, tanto Jairo como yo
sentiamos pena. Estuvimos realmente muy agusto, desconectados de
todo, sin comunicación alguna con el exterior y viviendo
intensamente todo lo que ofrecía Tioman. Tengo un gran y hermoso
recuerdo de aquella isla, sin tiempo, sin planes, sin prisas de hacer
nada. Compartiendo y descubriendo junto a Jairo. Ver su felicidad en
su rostro hacía que viera reflejada la mía, era algo mutuo,
sincero, libre y con Amor. Y aquella isla fue el escenario de todo
aquello.
De regreso volvimos a quedarnos un par
de días en Mersing y decidimos de ahí volver a Kuala Lumpur para
decidir cual sería nuestro siguiente destino. Seguíamos a ciegas,
ya que no conocíamos el país y todavía nos quedaba cosas por
explorar en la capital. Quisimos regresar a un sitio conocido y
sentirnos como en casa. Visitamos de nuevo el centro financiero,
Little India y nos alojamos en China Town, en la misma guest house
con suelo enmoquetado y con viajeros de todas las nacionalidades.
Descubrimos mas cosas, frutas nuevas como el dragon fruit, que es de
color fuxia y la textura y forma como la del kiwi, ¡buenísima!.
Aquí como en Tailandia, tienen puestos de frutas ambulantes y te las
preparan en el momento, siendo fresca y natural. Comíamos de los
puestos y paseábamos sin ton ni son, solo por el placer de caminar y
andar por sitios nuevos.
También descubrimos una barbería
india cerca de China Town y aproveché para afeitarme. Descubrí el
placer de ir a las barberías estando en India, recomiendo que si
alguno viaja a India no deje de escapar la oportunidad de que le
afeiten allí, son buenos profesionales y muy eficientes en el
afeitado, a parte de ser bastante barato. Pues nos pusimos en manos de
aquel indio y nos cortamos el pelo y afeitamos los dos por unos
17-18 MYR unos 4`5 euros.
Durante esos días al final decidimos
ir a Indonesia, queríamos explorar bien a fondo (todo lo que se
pueda ya que es inmensa) ese país formado de miles de islas.
Aprevechando que estábamos en la capital, nos sacamos el visado y
así obtener 2 meses. Ya que si entras al país sin visado previo,
sólo te lo sellan para un mes y luego tienes que salir del mismo
unos días para volver a entrar. Un poco lioso como suele ser. Cada
país tiene sus normas y en algunos algo engorrosas.
El caso es que nos dirigimos a la
embajada y me tiraron para atrás ya que iba con unos pantalones
cortos y sandalias e iba incorrectamente vestido como mandan las
costumbres musulmanas. Tuvimos que volver al día siguiente ya mejor
vestidos je je. Teníamos dos meses a partir de que entráramos a
Indonesia para recorrerla. Pero para ello primero teníamos que
dirigirnos a Malaca o también llamada alli Melaka.
Malaca esta inscrita como una de las
ciudades mas bellas de Malasia por la Unesco. La verdad es que si,
tiene su encanto, su historia y es acogedora y lo comprobamos nada
mas llegar. Como es común también tiene su China Town, mas pequeña
ya que no es una ciudad grande. Las calles y balcones de la zona
China Town tienen un orden e iluminación que parece sacado de un
decorado. Las fachadas con una arquitectura muy cuidada y en tonos
rojos por los focos e iluminación. En una plaza que daba al
principio de la calle de los puestos, arriba de la misma sujetado por
alambres había un dragon que en vez de salir fuego por su boca, a
veces salía agua que caía justamente a la fuente de debajo. Lo que
para nosotros podría ser una decoración por unas fiestas o unas
fechas de celebración, aquí en Malaca es el día a día, es la
manera de hacer las cosas y para nosotros es chocante, diferente y
por eso ¡me encanta!.
Por ejemplo los tuk tuk, no son como los de
Tailandia o los de la India, aquí son como una especia de moto
carro, pero en versión disco. Si si, he dicho disco, los tienen
decorados estrafalariamente y de una forma exagerada y con música a
todo trapo. De ahí que los llamen disco tuk tuk, los ves a
kilómetros con esas luces de feria y parafernalia, es gracioso
verlo. Nosotros no tuvimos que utilizar ninguno pero charlamos con
alguno de ellos sobre sus tuks tuks y sobre la eurocopa, que en esos
días se jugaba la final.
Miramos de todo en los puestos y en
otra plaza tenían puesto un escenario gigante donde tenian un
karaoke donde ahí estaban las gentes cantando y divirtiéndose de lo
lindo. En los días que estuvimos , cenamos un restaurante indio los
cuales eran muy simpáticos y pasamos un buen rato haciendo fotos con
ellos a parte de volver a probar el riquísimo chai indio.
Paseando al día siguiente por Malaca
en unos bajos de un edificio vimos algo realmente alucinante, tanto o
más que lo de los murciélagos gigantes. Era un lagarto gigante
también, éste era de tamaño como un perro mediano tirando a
grande. No podía creer lo que estaba viendo, ¡era inmenso!. Le
vimos justo cuando se iba a introducir en un gran hueco en los mismos
bajos del edificio. Habíamos visto otros muy grandes pero
no tanto como éste, que impresión. A cada paso que damos, no
dejamos de sorprendernos por algo y eso nos da vida.
Teníamos que coger nuevamente un
ferri, para cruzar el estrecho de Malaca y llegar a Dumai en la isla
de Sumatra (Indonesia). Nuestra aventura continuaba, habíamos
cambiado nuestros planes a causa del monzón y aquí estábamos,
yendo por tierras desconocidas..países que ni siquiera habíamos
oído hablar antes, no teniendo ni si quiera referencias de ningún
tipo, lo cual hizo que aportara mas emoción a la aventura.
Convivimos en un país musulmán durante un mes, conociendo de cerca
sus costumbres y a sus gentes. Sorprendiéndonos positivamente de lo
encontrado y despojándonos de nuestros prejuicios adquiridos de
nuestra antigua vida. Salimos felices y encantados de aquel país que
nos regalo sonrisas, palabras amables y sitios espectaculares. Nos
introducimos en lo desconocido, en un mundo ajeno a nosotros, del que
el destino y nuestra aventura han hecho que aprendamos una gran
lección y que hayamos tenido la gran suerte de haber podido vivir en
un mundo musulmán.
“Se en esta
vida como si fueras un extranjero o un pasajero”
– MAHOMA --
Mawi - HambaMu
(Canción que preguntamos al chico en Tioman)
sábado, 1 de diciembre de 2012
Cuando te inspira un objetivo importante, un proyecto extraordinario, todos tus pensamientos rompen sus ataduras: tu mente supera los límites, tu conciencia se expande en todas direcciones y tú te ves en un mundo nuevo y maravilloso. Las fuerzas, facultades y talentos ocultos cobran vida y descubres que eres una persona mejor de lo que habías soñado ser.
Para la
mayoría de los occidentales, la idea de Asia no la asociamos con la
cultura musulmana o el islam. Casi siempre nos viene a la cabeza
religiones como el budismo, el hinduismo o la taoista entre otras. El
concepto que tiene occidente sobre el principal núcleo islámico o
donde se concentran mayor número de musulmanes en el mundo es en
oriente próximo. Constituyendo ello un gran error ya que en oriente
medio sólo forman el veinte por ciento de la población mundial de
musulmanes. Gran parte de las mayores densidades demográficas del
mundo islámico, se encuentran en Asia oriental. La India tiene una
población de 150 millones de musulmanes, el quince por ciento de su
población total. Malasia, Indonesia y Bangladesh son tres países
asiáticos con una población mayoritariamente musulmana. De hecho
Indonesia es el país con mayor número de musulmanes del mundo,
aproximadamente unos 190 millones, seguido de Pakistán e India.
Cambiamos nuestra
ruta y tuvimos que dirigirnos hacia el sur para poder dejar atrás no
solo Tailandia, sino al monzón. Así pues nos adentramos en otro
nuevo país y en otra nueva aventura. La verdad es que
no teníamos ni idea, ni ninguna información ni referencia sobre
Malasia, salvo la técnica de nuestra guía. No es lo mismo que
cuando por ejemplo te diriges a Tailandia, uno sabe lo que se va a
encontrar mas o menos, o si vas a a otro país como China, nunca he
estado, pero sé que tipo de país es y lo que me encontraré mas o
menos, sabiendo que luego la experiencia no será igual a la idea
preconcebida. Pero el caso es que no teníamos ni pajolera idea, ni
la mas mínima de como sería Malasia. Tal vez fuera nuestra falta de
conocimiento o nuestra propia ignorancia. Pero este desconocimiento
sobre el país, iba a darle a la aventura mas emoción si cabe.
Entrábamos a un mundo desconocido, un mundo del que sólo sabíamos
que se regían por el islam..estábamos a punto de entrar a un mundo
musulmán.
Cogimos en
Tailandia nuestro último paquete de viaje con destino Kuala Lumpur (
Malasia) , a nosotros nos sonaba a “chino”, no la conocíamos ni
siquiera por vergüenza, ya que es la capital de Malasia, pero
bueno...(ahora una vocecilla en el aire diría eso de “deberías
haber estudiado más”).
Durante el viaje,
hicimos nuestras correspondientes paradas en las fronteras, sello
aquí, sello allá. Y al cambiar de
país, lo curioso es que también nos cambiaron de autobús. Semanas
antes estando en Bangkok, veía pasar autobuses de dos plantas y a
todo lujo, casi siempre por grupos organizados de japoneses. Y le
comentaba a Jairo que me gustaría mucho un día estar en uno de
esos, pero que sería muy improbable ya que costaría mucho, suponía
entonces. Ya que como es normal siempre procuramos movernos de una
forma económica. Pues resulta que el destino je je, nos quiso
regalar ese capricho y en el cambio de autobús nos tocó una de esos
lujosos y de dos plantas. Estábamos como niños flipándolo y sobre
todo gozando del confort que ofrecía aquello, ¡puf! Para nosotros
un lujazo, acostumbrados a ir en tuks tuks y autobuses abarrotados y
como en Nepal teniendo que ir en la baca o techo del bus esquivando
cables de luz y ramas de árboles je je que recuerdos. El caso es que
nuestro trayecto hacia Kuala Lumpur era de lo mas cómodo y de vez en
cuando hacíamos paradas en áreas de descanso y sorprendentemente
para nosotros comprobábamos que las infraestructuras eran iguales o
mejores que en España. Lo notábamos sobre todo en las carreteras y
en las autopistas, perfectamente pavimentadas y varios carriles en
cada sentido.
Malasia es uno de
los países mas ricos de Asia, ya que es productor y exportador de
gas y petroleo. Y durante el viaje observando el paisaje, que era
todo jungla, selva y verde miraras por donde miraras. De vez en
cuando veías refinerías petrolíferas y chimeneas gigantes y
cilíndricas con la llama arriba quemando el gas. Por un lado
observabas a la naturaleza y por otro como el hombre la explota,
curiosa paradigma a través de la ventana del lujoso bus.
Ya era de noche
cuando entrábamos a Kuala Lumpur, y nos quedamos boquiabiertos ante
tal belleza. Rascacielos y edificios inmensos, siendo lo mas
destacable su perfecta e impresionante iluminación. Casi todos lo
edificios tienen una espectacular o bien predispuesta iluminación,
expuesta para ser observaba. Quizá porque sea madrileño y haya
crecido en una gran ciudad, pero siempre he sentido esa admiración y
bienestar en una gran urbe, rodeado de grandes edificios, con su
transporte público, tráfico y estrés. He vivido durante 14 años
en la costa alicantina, pero siempre en algún momento he echado de
menos movimiento y acción como yo lo llamo, de una gran capital como
es Madrid. Siempre me siento cómodo en mitad de las grandes junglas
urbanas. Y justo estábamos entrando en
una que muy bien podría llamarse la ciudad de la luz.
Llegamos a
nuestro destino y el lujoso bus nos dejó cerca de China Town, una de
las zonas mas características de la ciudad, al igual que también
constituyen parte de ella Little India y la zona financiera entre
otras. Nos adentramos en China Town, era ya tarde, las diez de la
noche y el cielo estaba lleno de farolillos rojos chinos. De un
techado a otro colgaban como guirnaldas y parecía ser como una
feria. Caminábamos con nuestras mochilas junto a una chica francesa
con la que compartimos viaje desde Tailandia y nos abríamos paso
entre toda esa multitud que interactuaba con todo lo de su alrededor.
Cajas de madera y cartón apilados, puestos callejeros estrechos
tipo cabinas como mini tiendas. Mirando hacia arriba en los laterales
de las calles podías divisar carteles y rótulos de neón con
tipografía china, los balcones y terrazas de los edificios eran
exactamente como tantas veces lo había visto en las películas y en
la tele. China Town era singular, peculiar y caótica, me encantaba
aquello. Porque desprendía vida por donde miraras, todo era nuevo,
mágico, sorprendente y emocionante.
Buscamos
alojamiento, aquí hay de todo tipo. Tanto penosa, como una que vimos
que en la entrada (tipo pasillo), al entrar un poco había una enorme
telaraña impidiendo el paso por el mismo pasillo, acompañada de
humedades y goteras, como decentes con suelo enmoquetado a un precio
razonable. Nos alojamos en una guest house normalita, a un precio
normal. Aqui en malasia la moneda es el Ringgit Malayo “MYR”
(1euro = 4 Ringgits). La habitación nos salió por unos 45 MYR, sin
baño (compartido exteriormente), pero suficiente para el uso que
queríamos de ella, dormir.
Al día siguiente
nos levantamos temprano para explorar la ciudad. Nos dirigimos hacia
el centro financiero, donde se encuentran las famosas (ahora lo
sabemos) torres Petronas, que fueron las torres mas altas del mundo
en su día, ahora están en el puesto séptimo. Pero conservan el
título de las mas altas torres gemelas del mundo, 452 metros.
Mientras nos dirigíamos hacia las torres, observábamos la ciudad ya
con la luz del día y nos percatábamos de las maravillas que tiene. No es solo su modernidad como urbe, no es por la belleza
de sus rascacielos, sino por sus gentes. Kuala Lumpur es una mezcla
de etnias asombrosa. Aquí se mezcla culturas y etnias de todo tipo,
las que mas predominan son la Malaya con un 55 % seguida de la China
con un 25% y la India con un 10%. Lo bueno de todo es la perfecta
armonía y convivencia que hay entre unos y otros, respetándose y
valorándose entre ellos. Deberíamos aprender bastante de ellos y
dejar de ser tan xenófobos como lo somos en general en España. Me
apuesto lo que sea que a la gente española toleran a los chinos por
sus tiendas y precios baratos, pero si ellos quisieran construir
templos a sus dioses, seguro que pondríamos el grito en el cielo.
Aquí en Kuala Lumpur y en Malasia en general son bastante mas
tolerantes con los de fuera, con los inmigrantes, con el diferente. Y
conviven entre todos con una ejemplaridad que ya me gustaría mi en
mi propio país.
Visitamos las
Torres Petronas, descubriendo que en su interior alberga a parte de
oficinas, un gran y lujoso centro comercial, donde podías comer por
muy poco distintos tipos de comida, india, kebabs, china,
vegetariana, pizzas etc... Aquí en Malasia comer es tan barato que a
la gente, le resulta mas caro comprar en el super y hacerse la
comida que comer en la calle o restaurante. Seguíamos deleitándonos
de esta ciudad, recorriendo calles y sorprendiendonos en cada
esquina. Por la tarde y cuando era ya de noche quisimos regresar a la
zona financiera para contemplar la maravilla de la luminosidad en sus
rascacielos y para sorpresa nuestra y como una bienvenida nos
encontramos en la plaza donde se encuentran las Torres Petronas, un
festival. Donde había montado un escenario en mitad del lago
artificial que alli se encuentra. El evento era “Kuala Lumpur
International Music & Light Festival (World Gas Conference
2012)”, donde a cargo de las grandes empresas y multinacionales
organizan tal evento con actuaciones musicales, espectáculos de luz
y sonido, tanto en el lago interactuando con las fuentes como hologramas
musicales en las fachadas de los edificios de las torres Petronas. Un
auténtico espectáculo de luz y color que para nosotros interpretamos que era el
recibimiento que nos brindaba la ciudad y con ello hizo que fuera una
de las noches mas especiales de nuestro viaje.
Pasaban los días
y no dejábamos rincón sin explorar, visitamos templos chinos,
hindúes, también mezquitas y viajábamos por el skytrain que aquí
esta más desarrollado que en Bangkok, ya que tiene varias lineas y
buena comunicación. También dispone del monorail, parecido al
skytrain, pero este circula en una linea independiente, es tan
independiente que no tiene ni conductor, es tripulado por ordenador.
Visitamos hasta un acuario donde pudimos ver de cerca a tiburones
blancos y toda especie marina que se precie. Dábamos grandes paseos,
investigando todo, llevándonos sorpresas como en la de en un centro
comercial donde arriba del todo se ubicaba un parque de atracciones,
nada que envidiar al de Madrid. Sorprendentemente estabas en uno
¡pero con techo!. Pagando un módico precio podías montar en todas
y cada una de ellas. Como niños allá que fuimos, tiene una montaña
rusa bastante decente con sus loopings incluidos, ademas de otras
atracciones de las que sales
bastante mareado je je.
Solíamos cenar
en China Town en un restaurante chino callejero, el resto de comidas
sobre la marcha durante el día y de todo tipo, aquí hay variedad
eso es lo bueno. Otro día visitamos la torre Menara, es una torre de
telecomunicación de 421 metros. Que desde su planta superior
esférica uno puede observar Kuala Lumpur a una altura superior a la
de las torres Petronas , ya que está situada sobre una pequeña
colina y con una perspectiva y un angulo de 360º. Fue impresionante
ver todo la ciudad desde lo alto. También
visitamos la zona de Little India, donde es mucho mas pequeña de lo
que esperábamos. Aún así tiene su encanto, con sus tiendas de
trajes a medida, sus sedas y baratijas. Hoteles indios y en la
avenida que lo forma de color púrpura es como estar en un decorado
de Bollywood, mientras observas a sus gentes, eso si, vestidos
típicamente indios.
Durante nuestra
estancia en la ciudad , nos cambiamos de guest house a otra con suelo
enmoquetado como antes decía y era agradable ya que era tipo
albergue o comuna, donde compartías todo, baño y cocina, ya que
incluía desayuno e intercambiabas impresiones y consejos con otros
viajeros. Llevábamos varios días allí, Kuala Lumpur nos encantaba
pero queríamos ver mas partes de Malasia, no sabíamos por donde
tirar y mirando la guía, a ojo y por propia deducción nos dirigimos
hacia Kuala Terengganu. Para ello cogimos otro autobús y aquí en
Malasia la característica sobre el transporte, es que es bastante
moderno, cómodo y barato. Todos los buses, sean cuales sean las
compañías contratadas, son de lujo, con asientos acolchados de
cuero tipo sillón y muchos buses de dos plantas. Supongo que es una
de las ventajas de ser un país productor de energías.
Llegamos a Kuala
Terengganu que se sitúa al noreste del país. Elegimos esta ciudad
por su proximidad a zonas costeras y unas islas cercanas. K.T. es una
pequeña ciudad totalmente musulmana, aquí predomina totalmente el
islam, donde quieras que fueras encontrabas alguna mezquita. Nos dimos
cuenta que aquí para moverte no era de la misma forma que solíamos
hacerlo en Tailandia, aquí no vale eso de coger una moto y recorrer
distancia, porque las distancias son verdaderamente enormes. Nos
informamos de como ir a las zonas de playa y para ello tendríamos
que trasladarnos nuevamente. Estuvimos un par de días en la ciudad
conociéndola y visitando quizá su mayor atractivo la “ Crystal
Mosque” una mezquita situada en una pequeñísima isla muy cerca. Pero no te da la sensación de estar en una isla ya que
esta tan próxima a la costa y a la vez se accede a ella por una
carretera que hace que esté comunicada y no tengas la sensación de
estar apartado como en una isla. El caso es que compartimos un taxi
con unas coreanas muy simpáticas y risueñas como suelen serlo para
dirigirnos a la mezquita. La mezquita es impresionantemente hermosa,
como sacada de algún cuento árabe tipo Aladdin. Está situada en un
recinto junto a los canales de agua que la rodean y suele ser
visitada por las gentes locales más que por turistas.
Nos disponíamos
a entrar Jairo y yo con nuestras vestimentas normales (para
nosotros), cuando en la entrada de la mezquita, el encargado junto a
otro hombre, nos indico que nos pusiéramos por favor una túnica mas
acorde que nos facilitaron para entrar. Nos lo dijeron con tal
amabilidad y con unas sonrisas que nos llegaron al alma. Me sentí de
nuevo cómodo y muy a gusto entre gente diferente, recibiéndome y
tratándome con tantísima amabilidad. Al entrar a la mezquita ya
correctamente vestidos y descalzos para poder pisar suelo sagrado,
admiramos su belleza interior, su cúpula y los allí asistentes
rezando y charlando entre ellos. Nosotros andábamos tranquilos,
cómodos, admirando y haciéndonos fotos. Después de un momento
salimos y con los hombres de la entrada estuvimos un rato hablando y
divirtiéndonos un poco haciéndonos fotos, dimos un paseo por los
alrededores, donde por cierto se me rompió una de mis sandalias y me
tocó ir descalzo hasta llegar a la ciudad, fue un momento divertido
ya que algunas zonas del suelo estaban ardiendo del calor que hacía,
a Jairo le parecía especialmente divertido je je.
Teníamos que
volver y para ello teníamos que coger un taxi de vuelta, pero no
sabíamos donde, ya que la zona esta apartada y todo el mundo que iba
allí llegaba con su coche particular. Había un grupo de chicos
locales a los que le preguntamos como coger un taxi, ellos
inmediatamente cogieron sus móbiles y llamaron para encargar uno.
Mientras esperábamos al taxi, ellos se presentaron y nos preguntaron
sobre nosotros y nuestras vidas con una curiosidad típica e
inocente. Nos aconsejaron sobre el precio del trayecto y que no
pagásemos mas de lo que nos habían aconsejado, fueron muy amables y
estuvieron con nosotros hasta asegurarse de que regresábamos “sanos
y salvos” en el taxi que tan amablemente nos consiguieron. Una vez
mas estábamos comprobando la amabilidad de las gentes locales, la
predisposición a ayudarte si lo necesitas con desinterés y con una
amable sonrisa. Uno siempre adquiere indirectamente los miedos y
prejuicios que una sociedad o cultura como la tuya propia, te inculca
durante tu vida y te das cuenta de lo diferente y equivocado que es
todo, solo hace falta abrirse un poco, conocer mas allá de lo que
ves y abrir tu corazón no solo hacia a los demás, sino a ti
mismo...
Kuala Terengganu
también tiene su zona China Town, no tan grande como en Kuala
Lumpur, pero suficiente como para darte un paseo y por ejemplo comprarte unas
nuevas sandalias y parar a comer en un restaurante coreano, ademas de entrar
en un templo chino y ver a unas ancianas realizar sus rezos y
ofrendas al Dios de turno.
Un día volvíamos
de un largo paseo por la costa e íbamos a coger un bus local para
regresar a nuestro hotel. En la parada había un chico, turco. Con el
cual entablamos conversación y entre unas cosa y otras le dijimos
que desearíamos ir a visitar alguna isla. El chico que sabía hablar
algo de español ya que había trabajado un tiempo en España como
camarero y aquí en K.T. trabaja de cocinero, nos informó de las
islas cercanas tales como Lang Tengah Island, Bidong Island o Tenggol
Island. Nos dijo que las islas eran espectaculares, eran las típicas
que sólo se podía acceder y salir de ellas con algún bote de algún
local, ya que no había ferris, y que una vez allí solo era para
estar de relax ya que no había mucho mas que hacer. A parte nos dijo
que era algo caro, por la dificil comunicación y acceso a ellas.
También nos habló de otra isla mas al sur (Pulau Tioman island), la
cual era mas accesible, barata y lo más importante, no tan
turística.
Una vez mas, otra
amable persona, sin importar de donde sea, fue amable y atento con
nosotros sin más.
Nuestra estancia
y experiencia en Malasia estaba siendo de lo mas sorprendente y
positiva, ya no por el país en sí o por sus lugares y sitios, sino
por sus gentes. Las cuales siempre nos trataban con una amabilidad
que quizá por nuestros prejuicios preconcebidos por nuestra antigua
vida no nos esperábamos. De nuevo nos sentimos privilegiados por
vivir esta experiencia y aventura en un país desconocido para
nosotros, del que entramos con cierto cauto y que el destino quiso
enseñarnos hilando sus hilos hacia este país, hacia este mundo musulmán.
Phuket es la isla
mas grande de Tailandia situada en el mar de Andaman y ahí
estábamos, después de mas de dos horas de un viaje divertido en la
proa del ferry, nos encontrábamos en el puerto de Phuket. Teníamos
dos opciones , o ir a “Patong” que es la zona turística y mas
cercana de las zonas playeras, o quedarnos en “Old Town” en la
parte vieja de la ciudad. Preguntamos cuanto nos costaba el taxi a un
lado y a otro y la verdad es que había una exageración entre ellos.
Nos decantamos por old town, no solo porque el taxi fuera mucho mas
barato, sino porque íbamos a alquilar una moto igualmente y nos daba
igual tener que recorrer mas isla para ir a la zona turística,
realmente a nosotros eso nos daba igual, ya que queríamos ver todo,
no solo la zona deseada.
Nos instalamos y
como queríamos, alquilamos una moto un par de días y nos fuimos a
la parte de Patong. El primer día fuimos a la playa cerca de la zona
turística, hay varias pero nos plantamos en la primera que nos
gustó. Estuvimos bañándonos y jugando con las impresionantes olas
que habían esa tarde, el cielo se estaba oscureciendo, no porque
fuera a ser de noche, sino por los nubarrones que venían del
horizonte. Al igual que la mayoría de los bañistas que allí se
encontraban, nosotros seguíamos dentro del agua y disfrutando.
Empezó a llover y a oscurecerse cada vez más, cuando llego un
momento que llovía mas fuerte, fue cuando decidimos que era
suficiente y nos salimos del agua. Cuando estábamos en la arena,
empezó a caer mas fuerte aún, tanto que tuvimos que refugiarnos en
una restaurante enfrente de la playa. Tomamos algo mientras veíamos
como la lluvia intensa bañaba todo y torrencialmente, con la fuerza
típica e intensa que suele hacerlo por aquí.
Si nos
“quejábamos” de Phi Phi Don Island por ser turístico, Patong ya
era el colmo. Estaba abarrotado de locales y hoteles, clubes y pubs,
hasta tenían un centro comercial de los más lujoso con todo tipo de
tiendas y restaurantes. Paramos a comer allí un día en uno de esos
restaurantes un magnifico kebab, ¡me encantan los kebabs! , dimos
una vuelta y estuvimos mirando tiendas e incluso entramos en una sala
de juegos recreativos para curiosear y trastear un poco, y donde
cambiando tus bhats te daban otras monedas con la cara del famoso
personaje de videojuegos Mario Bros llamadas “Token”, que
podías utilizarlas para cualquier maquina o juego de la sala. Es una
chorrada, pero me encanta estas tonterías, nos guardamos un par de
Tokens de recuerdo je je. Cuando salimos, nos percatamos de que había
llovido, ¡vaya! otra vez, ya era el segundo día, lo bueno de aquí
en Tailandia, es que llueve mucho y tan fuerte que parece que todo se
vaya a inundar y quedar mojado para siempre, pero a las pocas horas,
por el calor y el bochorno, todo se evapora como por arte de magia,
quedándose las calles secas y limpias.
Al día siguiente
ya no tuvimos tanta suerte, llovía intermitentemente y muy a menudo,
teníamos que entregar la moto y queríamos alquilarla mas días,
pero visto el tiempo, la entregamos hasta nuevo aviso. Decidimos
aprovechar y renovar de nuevo el visado, ya que la última vez que lo
hicimos fue hace casi dos semanas y por lo tanto nuestro visado ya
expiraba. Fuimos a una agencia, donde por cierto la señora, fue una
de las mas amables y amistosas que nos hemos encontrado en Tailandia.
Como la última vez que renovamos el visado, nos recogerían con una
van junto a mas turistas para acercarnos a la frontera y así poder
renovar. Esta vez fuimos a Ranong que hace frontera con Myanmar la
antigua Birmania. Cuando llegamos a la frontera, nos sellaron la
salida y a diferencia de la anterior vez en la frontera con Malasia,
no fue tan rápido. Después del sellado de salida nos introdujimos
tanto los turistas como nosotros en una embarcación típica birmana,
estrecha y alargada. Teníamos que ir hasta el puesto fronterizo en
Myanmar y lo hicimos por mar. Tardamos casi cuarenta minutos de
trayecto. Mientras llegábamos veía los templos y estatuas de budas
sobre las colinas y montañas en las costas de Myanmar, país también
budista. Llegamos y nos sellaron tanto la entrada como la salida,
apenas estuvimos veinte minutos. Sólo nos exigieron una foto carnet
y un pago de tasa o impuesto de unos 30 dólares, que nosotros no
pagamos en ese momento ya que venía incluido en el precio del pack
que contratamos. Técnicamente se puede decir que he estado en
Myanmar, ya que tengo el sello, pero la verdad es que no he podido
disfrutar del país, lo dejo pendiente para la próxima vez. Volvimos
en la misma embarcación en la que habíamos venido y entramos a
Tailandia por donde habíamos salido, de nuevo otros 15 días de
visado.
Al día siguiente
salimos de la guest house o al menos eso intentamos ya que nos
quedamos en la entrada contemplando la lluvia intensa como caía casi
sin cesar durante un buen rato. Le preguntamos a la chica que estaba
en la entrada y regentaba en ese momento el hotel, nos comentó que
era normal en esas fechas (estábamos ya a finales de mayo) y que
durante cuatro meses no veríamos el sol y sí, el cielo gris todos
los días lloviendo casi sin cesar intensa e intermitentemente. Ha
llegado la época de lluvias o llamado también Monzón. Nos quedamos
chafados y por otro lado era algo de esperar ya que sabíamos que
llegaría, pero este acontecimiento no habíamos querido incluirlo en
nuestro viaje. No teníamos ruta establecida, ya que como he
explicado alguna vez nos movíamos por la improvisación y de nuevo,
improvisamos.
Estuvimos mirando
opciones y sitios donde pudiéramos ir, resulta que en la parte
occidental de Tailandia donde estábamos, en el mar de Andaman, las
lluvias llegan antes por diversos motivos climatológicos y por la
situación geográfica, etc... y en cambio en la parte mas oriental,
donde se encuentra el golfo de Tailandia y otras famosas islas como
Koh Phangan, Koh Tao o Koh Samui allí el clima durante mayo-junio es
más benevolente. Así pues nos dirigimos hacia el golfo de
Tailandia, concretamente a Koh Tao.
Contratamos de
nuevo otro pack de viaje para llegar a las isla, primero fuimos en
otra van hasta Surat Thani y luego una travesía nocturna en un ferry
hasta Koh Tao.
Cuando llegamos
no sabíamos donde ir. Un jeep que recogía a turistas y los dejaba
en diferentes zonas de la isla nos recogió a cambio de un módico
precio claro. Nos dejó en una zona medio turística cerca de la
playa, pero no en primera linea. Estuvimos mirando y buscando
alojamiento adecuado y barato. Nos costó un poco encontrar algo
decente y económico, pero nuestra insistencia tuvo resultados.
Encontramos un
poco mas apartado del meollo y el ruido concentrado de la zona
turística, una serie de bungalows, que al quedarnos una semana
pudimos regatearlo a muy buen precio. Nos salió a 350 bhats por día,
unos 9 euros. El bungalow estaba equipado sobradamente para
nosotros,¡agua caliente!, aire acondicionado, nevera, tv ( que nuca
veíamos, no nos interesaba), wifi y el bungalow en sí que era
espacioso y una maravilla con detalles que lo hacían realmente
encantador. Una vez tuvimos el alojamiento resuelto, fuimos a por el
transporte para nuestra semana.
Alquilamos una
moto y resulta que aquí en Koh Tao, las gentes locales que alquilan
motos, tienen un trapicheo con ellas bastante jodido, me explico.
Resulta que al
alquilar una moto aquí (solo ocurre en Koh Tao que nosotros sepamos), firmas un papel
con posibles daños que puedas causar a la moto, tipo arañazos,
roturas de cualquier tipo etc.. es como una especie de seguro que
hacen por si hubiera algún tipo de desperfecto y así cubrirse las
espaldas. Pero el engaño o el aprovechamiento viene cuando al
producirse algún arañazo , roce o cualquier cosa leve que puede
pasar, ya que aquí en la isla, las carreteras estan muy mal y muchos
caminos son de tierra. Ellos te ponen unas sumas muy elevadas de los
daños. Te entregan la moto impoluta, nueva y brillante, como sacada
de fabrica. Nosotros al entregarla después de una semana tenía
algún arañazo en el lateral a causa de una caída leve, pero algo
sin inportancia y casi inesistente. El caso es que al entregarla, nos
recriminaron aquello y nos realizaron una suma excesiva y abusiva por
dos arañazos de nada. Al final me tuve que encarar con ellos,
amenacé con llamar a la policía, ellos se rieron y dijeron que por
favor los llamara, en ese momento supe que no teníamos elección
sabiendo que aquí la policía es corrupta y que seguramente
estuvieran todos compinchados. Al hacerme la suma, ellos me hicieron
como un descuento del total y cuando les amenacé con ir a la
policía, me dijeron entonces que si viniera la policía, tendría que
pagar la suma entera. Jairo no pudo con la rabia y tuvo que salir
fuera, yo seguí discutiendo con ellos mientras observaba sus
sonrisas hipócritas sabiendo que yo no tenía elección. Al final
pagamos la suma llenos de indignación y rabia. Hablando con otros
turistas nos comentaron que aquí suelen hacerlo y así sacar dinero
al turista. Y que la próxima vez fuéramos a un negocio regentado
por extranjeros. Yo personalmente siempre he procurado utilizar
negocios y tiendas de la gente local en todos los sitios donde he
estado, para así contribuir algo hacia ellos ya que supongo que lo
necesitarán mas que un extranjero que ha montado un negocio, para
vivir mejor de lo que ya vive. Pero en este caso y aquí en KohTao,
si alguien viene recomiendo encarecidamente que alquile una moto en
un local de extranjeros si no quieren ser timados o estafados.
Quitando este mal
trago, el resto de la semana fue genial, íbamos con nuestra moto
recorriendo la isla de pe a pa, visitando calas y caminos
explorables. Nos encanta coger la moto y echar kilómetros, mientras
nos deleitamos con los paisajes y sentir el aire en nuestras caras.
También nos da por cantar, cantar alto y a dúo. Nos reímos
bastante y lo pasamos genial gracias a nuestra complicidad.
Un día subimos a
lo alto de la isla, digamos a un mirador, donde observábamos la
costa y la parte donde nos ubicábamos. También hicimos snorkel, que
en esta zona es muy rica en fauna marina y pudimos contemplar
múltiples y diferentes tipos de peces de colores y coral por
doquier. Buceamos y pasamos dos horas sin darnos cuenta detrás de
los peces y sumergidos en un mundo acuático increíble.
Koh Tao es una
isla no demasiado grande, pero si lo suficiente como para perderte y
alejarte de la zona turística donde estábamos. Otra zona turística
distinta era la del puerto, ésta sin playas cercanas. Puedes
perderte y descubrir caminos que te llevan e introducen por bosques y
vegetación selvática típica de la isla, visitar en lo alto
miradores y obtener vistas privilegiadas. Playas y calas
de postal, yendo con la moto parándote a tomar algo en un
establecimiento de alguna familia local y contagiarte de la
tranquilidad y el ritmo de vida pausado de las gentes de esta isla (y
del país en general). Sin duda esta isla es otro acierto en nuestra
improvisada ruta y una delicia para cualquier turista.
Un día quisimos
y visitamos Nangyuan Island, que se encuentra a pocos kilómetros de
Koh Tao y que uno puede divisar desde la playa. Alquilamos una
embarcación, una especie de taxi acuático. Nos llevo a la isla y a
última hora de la tarde nos recogería para llevarnos de vuelta.
Nangyuan Island
es una isla espectacular con una pasarela de playa tipo como la de
“Tup Island”, pero mas grande. Separando y constituyendo a un
lado una especie de mini golfo, donde el agua es clara y transparente
como la de una piscina y al otro lado también clara pero con algo de
oleaje suave. La isla la forman dos pequeñas montañas o
rocas emergentes y en medio la playa formando las dos costas. Subimos
a una de las pequeñas montañas, donde uno tiene vistas de la isla
completamente espectaculares.
Pasamos el día bañándonos y
disfrutando de la isla y al atardecer volvimos a Koh tao y contemplamos
de nuevo otra puesta de sol desde la playa principal...
Durante nuestra
estancia hubo un par de días que el monzón hizo acto de presencia.
Cuando llegó la hora de irse decidimos volver a Krabi Town, ya que
el tiempo empeoró como en Phuket.
Salimos de Koh
Tao cogiendo el ferry de igual manera que como habíamos llegado, de
noche. Pero este trayecto iba a ser algo mas emocionante. Había
tormenta, pero no una tormenta normal, sino monzónica. Las tormentas
monzónicas son muy intensas y con muchos rayos. Imaginaros el oleaje
aquella noche. Estaba a parte de tumbado o acostado
para dormir como todo el mundo, espectante de lo que ocurría y
notando como se movía el ferry de esa forma exagerada que parecía
que volcara o se hundiera en cualquier momento, o como si se fuera a partir en
dos por la forma que subía y bajaba las olas. Miraba por las
ventanas y veía como el horizonte se volvía loco y parecía como
que daba vueltas de campana o eso me parecía a mi. Tanto fue el
tambaleo que cuando quise ir al aseo me agarraba como podía y aún
así no pude evitar caer al suelo como un muñeco, viendo a lo lejos
el descojone de Jairo. Después de la primera hora, me acostumbré a
aquello y pude dormir hasta llegar a Surat Thani.
Una vez en Krabi
Town, que volvimos por la buena sensación que vivimos un mes atrás.
Decidimos que teníamos que cambiar de intenciones. La nuestra era
viajar por Laos, Vietnam y Cambodia, pero con el monzón encima y con
cuatro meses por delante de lluvias, teníamos que cambiar de
estrategia. Estuvimos mirando opciones y rutas y alternativas y al
final decidimos nuestro próximo destino hacia el sur huyendo del
monzón.
Mi
estancia en Tailandia ha sido de placer, sin planes personales
transcendentales ni espirituales. Mi estancia tanto en Nepal e India
fue de aprendizaje y de crecimiento interior. Aprendiendo nuevas
cosas y sobre todo, de mi mismo. En este caso, en este paraíso
terrenal llamado Tailandia me he dejado llevar por las
circunstancias, disfrutando del entorno y placeres de este país. De
la compañía y el sentimiento hacia Jairo creando un vinculo para
compartir esta aventura juntos.
Pienso
que en esta vida, aunque uno cambie y evolucione en la dirección que
sea, no tiene por qué cambiar radicalmente su carácter o forma de
ser. Uno puede descubrir cosas en la vida, aprender lecciones vitales
que le aporten y eso enriquecerte sin
prescindir de lo que antes te aportaba o te sigue aportando. Dejando que lo nuevo sume
y aporte mas a tu vida e intentando restar lo que no te favorece y aporte. Uno
va cambiando su forma de pensar, sus sentimientos y prioridades pero
lo que es la esencia, tu ser... sigue siendo lo mismo y no tiene por
qué variar en absoluto. Creo mas que el equilibrio tan codiciado en
esta vida, está en saber disfrutar de todo, sin miedos ni
prejuicios, ni engaños ni vergüenzas y sobre todo con Amor. Si
uno quiere explorar su lado espiritual no tiene por qué convertirse
en otro ser distinto al que era, tan solo porque está descubriendo
nuevas cosas.
Viajando
como he viajado, he visto y me he percatado de las múltiples
diferencias que existen entre Occidente y Oriente, pero quizá la mas
significativa para mi sea esta. El ser humano digamos lo así, se
compone de entre lo material y lo espiritual. En Occidente por
religión, cultura y sociedad hemos desarrollado más las parte
material, centrándonos en nosotros en ese aspecto, dejando que el
ego y orgullo maneje nuestro estilo de vida, preocupándonos sólo de
nuestro aspecto físico y el éxito personal basado en el egoísmo
materialista, olvidándonos y despreocupándonos del aspecto
espiritual. En cambio en Oriente ocurre justamente lo contrario, por
cultura, religión, la sociedad se ha preocupado mas en el aspecto
espiritual, dejando a un lado el aspecto material hacia uno mismo
creando en ello unas desigualdades atroces, tanto en un lado (Occidente),
como en el otro (Oriente). El equilibrio esta en preocuparse de ambos
aspectos. El físico, ya que no es solo por un aspecto o apariencia, sino por salud
y el espiritual sin olvidar las necesidades físicas y materiales
despojándose del ego para disfrutarlas sanamente. Uno puede rezar a Dios o a uno mismo, meditar o realizar actividades mundanas o divinas y dar
gracias al destino por la bendiciones que te brinda en tu camino gozando
y disfrutando de los placeres terrenales que te ofrece la vida y el ser
humano. Sin radicalizarse ni obsesionarse con ningún aspecto en
concreto.
Hay tiempo para todo y momento para ello, para lo
espiritual y lo material.