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lunes, 24 de diciembre de 2012

En el pasado la gente quería ir al cielo, al paraíso, con Dios, y encontrar la paz. Todo lo contrario, el encuentro con Dios sería motivo de mucho problemas, de muchas preguntas, de mucha ira y rabia contra Dios porque te creó sin tu permiso, creó el mundo lleno de sufrimientos, y tú has tenido que vivir en él. Creó todo tipo de deseos en ti que nunca parecen ser satisfechos; cada deseo pide más y más y más, no tiene fin. ¿Acaso crees que el encuentro con Dios sería un encuentro pacífico? ¡Sería el mayor de los combates!

Según una antigua historia, Dios vivía en la calle Mahatma Gandhi, en Puna. Pero la gente le atosigaba constantemente pidiéndole cosas; y no importaba que fuera de día o de noche, la gente siempre estaba a las puertas de la casa de Dios en la calle Mahatma Gandhi. Tenían tantos motivos para quejarse, y ¿a quién iban a presentarle sus quejas? Era como si, de una forma u otra, todo estuviera mal.
Algunos eran demasiado altos y otros eran enanos, algunos habían acumulado todas las riquezas y otros eran mendigos. Algunos eran muy guapos y otros estaban justo al otro extremo...
Dios le dijo a sus compañeros: "Esto es intolerable. Tenemos que encontrar algún lugar al que nos podamos mudar".
"de acuerdo --dijo Jesús--. Podemos mudarnos al Everest, hasta allí no llegará nadie".
Pero Dios le contestó: "Tú todavía eres muy joven para comprender y ver el futuro, pero como yo sí que puedo verlo, sé que ese lugar no sería seguro durante mucho tiempo. La gente  no tardaría  mucho en llegar allí y tendríamos que volver a mudarnos. Tenéis que encontrar algún lugar donde no tengamos que volver a mudarnos".
El Espíritu Santo sugirió: "Entonces, la luna sería un buen lugar".
"Tú no comprendes el problema --dijo Dios--. estos locos llegarán al Everest, a la luna, a Marte, ¡y sin ningún propósito! Pero si me encuentran en algún lugar me matarán, porque, como es natural, ellos creen que soy el responsable de todo".

Entonces, un hombre que estaba entre la muchedumbre, un viejo sabio , ser acercó a Dios y le susurró algo al oído, a Dios se le iluminó la cara y dijo: "¡Ese es el lugar correcto!".
Lo que le dijo a Dios fue: "No hace falta que te vayas muy lejos, simplemente entra en el propio ser del hombre. Allí no irá nunca, ese es el único lugar donde no se le ocurrirá buscar. Puedes estar tranquilo".



                                                   "Creer en lo imposible antes del desayuno"   --- Osho ---



miércoles, 5 de diciembre de 2012

UN MUNDO MUSULMÁN : MALASIA II


La palabra Islam significa sumisión. Se trata de la aceptación de la voluntad de Dios o del sometimiento a la misma, manifestada por su enviado Mahoma, por medio del libro revelado (el Corán). Por esto es una de las “religiones del Libro”, a las que Dios ha comunicado su palabra: judaísmo, cristianismo, islamismo. Los seguidores del Islam se llaman musulmanes (creyentes) y forman una comunidad muy unida (la Umma o comunidad madre). El Islam queda clasificado entre las religiones monoteístas y proféticas, acentuando el dar gloria Dios único, Creador y Señor.
En toda religión se acentúa la dependencia de Dios y la obediencia a su voluntad. El Islam recalca esta sumisión especialmente por parte de cada individuo ( “abd”, adorador y servidor). Mahoma es el profeta enviado por Dios a la comunidad de los creyentes. El Islam se fundamenta, pues, en tres pilares: el Corán o libro revelado (como palabra de Dios), el profeta Mahoma y la comunidad (Umma)





Malasia consta de trece estados con una población de veintisiete millones de habitantes. Dividida en dos regiones, Malasia Peninsular situada en la península malaya limitando con Tailandia al norte y con Singapur al sur y Malasia Oriental situada en la zona septentrional de Borneo limitando con Indonesia al sur y con Brunéi al norte.

La población malaya nacidos en Malasia son todos musulmanes, según el artículo 160 de la constitución de Malasia, pero son una sociedad multireligiosa con distintas etnias cada cual con su religión. Aproximadamente el 60% de la población practica el islam, el 19% el budismo, el 9% el cristianismo, el 6% hinduismo y el 2'5% la religión tradicional china. El resto en otras religiones tales como el sijismo, animismo entre otras. En principio, la constitución garantiza la libertad de culto.

Existe dos tipos de justicia en el país, la difundida y aplicada por el islam. Las cortes islámicas toman toda decisión que todos los musulmanes deben obedecer y seguir en temas tales como el matrimonio, la herencia, la apostasía (renuncia de la fe), la conversión o la custodia por ejemplo. Y la justicia civil para el resto de población no musulmana con sus propias cortes al igual que la islámica. Depende de tu creencia serás juzgado por uno o por otro.







Estábamos en Kuala Terengganu e hicimos caso de las recomendaciones del chico turco de la parada de autobús. Jairo y yo nos encaminamos hacia una de las islas que nos recomendó. Fuimos al sur para dirigirnos a Pulau Tioman Island. Para ello teníamos que llegar a un pueblo costero donde salen los ferris hacia diferentes islas. El pueblo en cuestión es Mersing, situado en el estado de Johor y donde pasamos un par de días la mar de tranquilos antes de coger el ferri.

Llegamos al pueblo en uno de los confortables autobuses que ofrece este país en general. Nos dejó en un lado de la carretera, apeándonos y recogiendo nuestros bultos empezamos a observar nuestro alrededor y quedándonos perplejos del encanto que desprendía Mersing. Justo donde nos dejó el bus, mirando hacia arriba, podías ver una pequeña colina frondosa con un letrero tipo como el de Hollywood, formando el nombre con las letras grandes. Debajo de la misma se halla un templo chino con su tradicional decoración oriental incluyendo sus dragones. En esa misma calle mas abajo, también se hallaba una tienda donde realizaban y hacían figuras de los dioses hindúes, figuras de piedra para supongo exponer en templos. También realizaban los símbolos y tipografía hindúes, como la famosa esvástica.




El símbolo de la esvástica se remonta según algunos historiadores al siglo V a. C.. Originalmente fue utilizado por los hindúes, teniendo un claro significado religioso. Este símbolo tiene varios significados y todos positivos..puede significar felicidad, suerte, bendición, salud, confirmación o un adiós. Dependerá en que momento y acto se utilice para tener un significado u otro. En Occidente conocemos este símbolo por la esvástica alemana de la segunda guerra mundial. Lo que hizo el “señorito” Hitler fue cambiarla y adaptarla a sus fines utilizando el símbolo hindú. Transformando su significado de paz a guerra, de suerte a desgracia, de felicidad a horror.

La verdad es que antes no estaba familiarizado con todos estos símbolos y términos, también es cierto que tampoco había convivido ni entremezclado con otras religiones ni sitios o lugares donde se practicaran. Este viaje me esta enseñando todo tipo de religiones y a convivir con ellas. El destino es sabio...muy sabio, sabe que yo no creo en ninguna, que no tengo fe de esa índole, y me muestra a cada paso enseñanzas. No es que yo antes fuera radical ni extremista referente a las religiones, pero si es cierto que no me hacían ninguna gracia, pero ahora que conozco mas a fondo no solo una ni dos, sino varios tipos de creencias y a sus gentes, hace que reflexione...

Observando la fe de la gente, como conviven con sus religiones que forman y constituyen la personalidad de una población, marcando el carácter de esas personas. Hace que pueda conocer y comprender mejor la forma de ser y comportamiento de la gente en general, llegando a sentir comprensión y no rechazo como antes sentía. Estaré en desacuerdo y no creeré en absoluto las mismas creencias que los demás, pero ¿quien soy yo para juzgar o intentar imponer las mías?

Durante este tiempo sigo sin creer en ningún Dios, es más, me reafirmo en que todo está en nosotros. Por ejemplo el budismo no es ninguna religión en sí, sino una filosofía de vida, Buddha no es ningún Dios, fue una persona normal como cualquiera de nosotros con la gran diferencia de que el se iluminó y llegó al nirvana, al equilibrio total. Al igual que el, también ahora pienso que otros hombres en la historia también lo hicieron, como Krishna o Jesús, pero sus mensajes de iluminación han sido violados y maltratados durante la historia llegando a perturbar a la humanidad. Pero porque el ser humano se corrompe con facilidad, llegando a desprestigiar sus propias creencias, valores y condiciones como persona.

Alguien podría decirme eso de que no se puede generalizar, pero yo lo hago. Mayoritariamente, porque vivimos en sociedades( de millones de personas ), todos nos comportamos como la mayoría, como lo marca una sociedad, despreocupándonos de lo más importante, de nosotros mismos, pero no me refiero a nuestras necesidades sean cuales sean. No hay que seguir a nadie en esta vida, ni idolatrar ni rezar a ningún ser superior a nosotros. Nosotros somos nuestro propio Dios, nuestra propia luz, no hace falta seguir a Buddha, ni a Cristo ni a ningún otro, ¡Hay que ser un Buddha!, ¡un Cristo!, llegar a no solo descubrir la verdad... sino transformarnos en ella. Es curioso que considerándome ateo, me atraiga tanto el tema de la religiosidad. Desde que experimenté el cambio, mi gran cambio, tengo otras inquietudes. Llegando a explorar temas que antes ni me había planteado, pero el universo me tiene preparado algo muy gordo, porque todo este camino tanto intenso como emocionante y no me refiero al que estoy realizando exteriormente, me tiene que llevar a algún sitio o estado, en eso si que tengo fe...







Nos alojamos en un hotel chino donde pasamos dos noches. Durante el día paseábamos por la playa y su largo paseo hasta llegar a una zona de rocas y jungla, la playa no era paradisíaca ni mucho menos. Pero tenía su belleza natural y salvaje. Mersing es un pueblecito tranquilo donde sus gentes hacen su vida normal y se relacionan a la vieja usanza. Cerca de la playa y el puerto de Mersing tienen ubicado sitios donde realizar distintas actividades, pudiendo ver como por ejemplo gente en un parque o explanada haciendo gimnasia, también puedes ver corrillos donde se sientan a hablar y tomar algo de los puestos callejeros que suelen montar. Jóvenes tomando algo en las terrazas de los mismos puestos y los no tan jóvenes sentados echándose una partida a una especie de juego tipo las damas. Todos ellos haciendo vida en la calle, respirándose en el ambiente una armonía y tranquilidad especial. De hecho, en vez de tomar Mesing como un pueblo de paso para pillar el ferri a Pulau Tioman, quisimos quedarnos un par de días mas y respirar de esa tranquilidad y paz que transmitía. Caminábamos por la calle y sus gentes siempre absolutamente siempre, nos saludaban, aunque nosotros no hubiéramos dicho nada anteriormente. A veces incluso nos sentimos maleducados por no haberles saludado antes de que ellos lo hicieran. Siempre te daban los buenos días, tardes o noches, con una sonrisa y amabilidad. Aquello también hizo que tomáramos la decisión de alargar la estancia.






De nuevo cogimos un ferri para llegar a Pulau Tioman. La peculiaridad de la isla es que aquí te tienen que dejar en la zona que tu elijas, ya que en ella no hay carreteras ni vehículos que circulen. Lo máximo que hay son motocicletas que son utilizadas por la gente de la isla. Nosotros fuimos a la zona “ABC”, que así se llama la zona mas hippie y también la mas económica. Había otras zonas mas apartadas y resorts exclusivos en los que parada a parada, los grupos de gente iban bajando.

Encontramos después un rato regateando y preguntando un bungalow adosado bastante majo y simple, la cama, ventilador en el techo y ¡baño propio!. El bungalow estaba muy cerca de la playa, solo había que atravesar el camino de tierra y ¡voilá!.



Teníamos como vecino a un chico singapurense (Singapur), el cual sabía hablar algo de español ya que había estudiado durante 3 meses en Texas (U.S.A.) en la universidad. Nsin como así se llama había viajado bastante ( yo creo que casi todo el mundo viaja, menos nosotros los españoles) y se había dedicado por algún tiempo a ser profesor de buceo aquí en Tioman Island. Teníamos largas y entretenidas charlas, nosotros practicábamos nuestro ingles con el y Nsin practicaba su español con nosotros (esto me recuerda a mi compañera de orfanato Meagan en Pokhara, hacíamos lo mismo).




Tioman como he comentado antes, tiene la peculiaridad de ser una isla sin carreteras ni coches ni tráfico que rompa la armonía de la misma. Sólo puedes escuchar las motos que circulan en una parte de la isla. En la zona donde estábamos instalados Jairo y yo, había un camino de tierra y asfaltado de forma peatonal. Andando hacia el sur unos cuantos metros, tenías que atravesar parte de la jungla en la cual habían hecho un camino (también asfaltado) tipo pasarela para atravesar parte de esa isla. Volvias a bajar unas escaleras, las cuales daban a parar a una pequeña cala donde se encuentra uno de los algunos muelles pequeños que hay repartidos en la isla. Por las tardes, las gentes locales solían tomarse su baño y en un puesto cercano, vendían pan duro para dárselo a los peces y así poder sentir y ver de cerca la diversa y colorida fauna marina. También fue uno de los sitios donde quisimos disfrutar de las puestas de sol que aquí en Tioman son increíblemente hermosas.








En la isla, el medio de transporte a parte de tus propias “patas” es la bicicleta. Alquilamos unas bicis para unos días y tengo que decir que es verdad eso de que lo de montar en bici nunca se olvida. Llevaba mas de veinte años sin coger una y tenía ese miedo tonto de volver a cogerla, pensando que me pegaría una leche tras otra. Pero como todo, es afrontar tus miedos. Por muy pequeños y ridículos que te parezcan siempre uno debe enfrentarse a ellos. Da igual que sea miedo a montar en bici o miedo a dejar tu vida para realizar otra, el caso es que se componen de lo mismo. El miedo te frena y cada vez que superas uno, por pequeño que sea, creces y ello te hace mas capaz.




Pues sin poner freno y pedaleando recorrimos la isla descubriendo playas, sitios y escondrijos.
Uno de esos descubrimientos fue una playa en el punto mas al sur. Recorrimos un camino de tierra y piedras mientras a nuestra derecha divisábamos los acantilados y a nuestra izquierda la rica y abundante vegetación, un espectáculo visual verdaderamente increíble. Llegamos a dicha playa donde se encontraba un santuario de tortugas, las cuales van allí a poner sus huevos. En ese momento no había nadie, la playa estaba desértica. Había una cabaña donde se supone suele haber una persona que vela por las pobres tortugas, pero como digo no había nadie, ni las tortugas ni el vigilante.

Dejamos las bicis para adentrarnos en la paradisíaca playa, arena blanca, vegetación frondosa y algún que otro tronco de árbol inclinado hacia el mar, vamos toda una postal. Nos bañamos e hicimos snorkel y observábamos la gran belleza a nuestro alrededor. Teníamos toda la playa para nosotros solos, rodeados de bosque, naturaleza y rocas. Era un mini paraíso terrenal.



A la vuelta volvimos por el camino de tierra atravesando vegetación hasta llegar al empiece de una carreterilla asfaltada que suelen tener algunos resorts para su acceso y recorrido. Mientras paseábamos por uno de ellos (no había otro camino, tenias que atravesarlos), en una cuesta me di un importante piñazo, es decir me caí dándome una leche quemándome el brazo izquierdo sobre el asfalto. El suelo quemando como quemaba y en cuesta como estaba, hizo que me quemara bastante y tuviera el brazo ensangrentado. Estábamos bastante lejos de nuestro bungalow para poder ir enseguida a curarme las heridas, así que tuve que solicitar ayuda a la madre naturaleza y fui a la playa donde se ubicaba un resort cercano para lavármela y que el agua hiciera el resto en un primer momento. ¡Vaya! Al final tuve que estrenarme y me di la leche, pero bueno, esta vez no esperé veinte años para volver a montar y quitarme el miedo. Aprendí la lección y después del primer momento, volví a pedalear de nuevo. Eso si, parecía salido de alguna guerra, pierna y brazo ensangrentados y todo dolorido. Todo fue bien después, gracias a los cuidados médicos de Jairo (¡dios! como escuece el alcohol 96º).





Quitando el incidente, por lo demás nuestra estancia en Tioman fue muy relajante a la par que activa. Cerca de la zona donde estábamos instalados, hacia el norte. Podías explorar caminando y haciendo pequeños trekkings mas partes de la isla. Subimos una ladera donde había amarrada a la tierra una gran cuerda para ayudarte a subirla y luego atravesabas y te introducías en la jungla. Siguiendo los caminos, llegabas a otras zonas de resorts y bungalows con sus playas correspondientes y donde en esta parte de la isla el agua de ve de un color mas azulado y clara.




También pudimos comprobar que la caída de los cocos de las palmeras, son mortales. Sabíamos que era así porque lo habíamos visto en un reportaje, pero un día paseando con nuestras bicis, en un camino asfaltado, en el lateral hay una formación lineal de palmeras muy altas (3 o 4 pisos), pues justo cerca de una, oimos como se desprendía un coco y vimos como chocó contra el suelo generando un gran ruido seco y lo mas sorprendente es que el coco no se rompió nada. A si que eso de ponerse bajo una palmera, queda muy exótico pero nada recomendable. En algunas islas de Tailandia y en Malasia es un alto índice de mortalidad y en algunos sitios es la principal causa de ella.



Muy cerca de allí había unos chicos con una furgoneta parada con una canción a todo volumen. Por supuesto nosotros no teníamos ni idea de cual era, pero nos gustó y nos pareció bonita. Tal vez fuera la falta de costumbre, no escuchábamos música habitualmente, salvo la de las tiendas, restaurantes o sitios a los que íbamos. Nos acercamos a ellos, y como suelen hacer, esta vez fui yo quien empezó a preguntarles sobre ellos y sus cosas y por aquella canción que nos sonaba de maravilla en esos momentos. El chico, musulmán, muy amable nos explico que la canción es un “hit” alli en Malasia. Nos escribió el nombre, se lo agradecimos y al poco nos marchamos. Después de nuestra estancia en Tioman pude averiguar, que la canción es un cántico a Aláh, de ahí que sea un hit en el país.

Estuvimos una semana en Tioman, seguimos recorriendo caminos con las bicis, deleitándonos de las calas y playas. También de las maravillosas puestas de sol y la oscuridad estrellada de la noche. Compartimos cenas, risas y conversaciones con nuestro vecino Nsin.





Descubrimos asombrados murciélagos gigantes que habitaban en los árboles de las isla. Creyendo yo en un primer momento mientras asomaba la noche y nos sobrevoló uno, que era un águila como las que veíamos durante el día, mas que nada por su tamaño. Pero como si de una película de terror o suspense tipo Hiscot se tratara, empezaron a sobrevolar por encima de nuestras cabezas decenas de ellos, algunos verdaderamente inmensos. Nos quedamos alucinados, estábamos viendo y se podría decir que esquivando a los famosos e inmensos murciélagos gigantes que existen por esta zona del mundo. Fue una auténtica experiencia para ambos.



Hemos visitado muchos sitios y hemos gozado de numerosas y maravillosas islas en Tailandia por ejemplo. Pero era una de las pocas veces que realmente nos dio pena marcharnos de algún lugar como era el caso. Cuando estuvimos en el pequeño muelle, el mas cercano a nuestra zona para irnos, tanto Jairo como yo sentiamos pena. Estuvimos realmente muy agusto, desconectados de todo, sin comunicación alguna con el exterior y viviendo intensamente todo lo que ofrecía Tioman. Tengo un gran y hermoso recuerdo de aquella isla, sin tiempo, sin planes, sin prisas de hacer nada. Compartiendo y descubriendo junto a Jairo. Ver su felicidad en su rostro hacía que viera reflejada la mía, era algo mutuo, sincero, libre y con Amor. Y aquella isla fue el escenario de todo aquello.




De regreso volvimos a quedarnos un par de días en Mersing y decidimos de ahí volver a Kuala Lumpur para decidir cual sería nuestro siguiente destino. Seguíamos a ciegas, ya que no conocíamos el país y todavía nos quedaba cosas por explorar en la capital. Quisimos regresar a un sitio conocido y sentirnos como en casa. Visitamos de nuevo el centro financiero, Little India y nos alojamos en China Town, en la misma guest house con suelo enmoquetado y con viajeros de todas las nacionalidades. Descubrimos mas cosas, frutas nuevas como el dragon fruit, que es de color fuxia y la textura y forma como la del kiwi, ¡buenísima!. Aquí como en Tailandia, tienen puestos de frutas ambulantes y te las preparan en el momento, siendo fresca y natural. Comíamos de los puestos y paseábamos sin ton ni son, solo por el placer de caminar y andar por sitios nuevos.

También descubrimos una barbería india cerca de China Town y aproveché para afeitarme. Descubrí el placer de ir a las barberías estando en India, recomiendo que si alguno viaja a India no deje de escapar la oportunidad de que le afeiten allí, son buenos profesionales y muy eficientes en el afeitado, a parte de ser bastante barato. Pues nos pusimos en manos de aquel indio y nos cortamos el pelo y afeitamos los dos por unos 17-18 MYR unos 4`5 euros.



Durante esos días al final decidimos ir a Indonesia, queríamos explorar bien a fondo (todo lo que se pueda ya que es inmensa) ese país formado de miles de islas. Aprevechando que estábamos en la capital, nos sacamos el visado y así obtener 2 meses. Ya que si entras al país sin visado previo, sólo te lo sellan para un mes y luego tienes que salir del mismo unos días para volver a entrar. Un poco lioso como suele ser. Cada país tiene sus normas y en algunos algo engorrosas.

El caso es que nos dirigimos a la embajada y me tiraron para atrás ya que iba con unos pantalones cortos y sandalias e iba incorrectamente vestido como mandan las costumbres musulmanas. Tuvimos que volver al día siguiente ya mejor vestidos je je. Teníamos dos meses a partir de que entráramos a Indonesia para recorrerla. Pero para ello primero teníamos que dirigirnos a Malaca o también llamada alli Melaka.





Malaca esta inscrita como una de las ciudades mas bellas de Malasia por la Unesco. La verdad es que si, tiene su encanto, su historia y es acogedora y lo comprobamos nada mas llegar. Como es común también tiene su China Town, mas pequeña ya que no es una ciudad grande. Las calles y balcones de la zona China Town tienen un orden e iluminación que parece sacado de un decorado. Las fachadas con una arquitectura muy cuidada y en tonos rojos por los focos e iluminación. En una plaza que daba al principio de la calle de los puestos, arriba de la misma sujetado por alambres había un dragon que en vez de salir fuego por su boca, a veces salía agua que caía justamente a la fuente de debajo. Lo que para nosotros podría ser una decoración por unas fiestas o unas fechas de celebración, aquí en Malaca es el día a día, es la manera de hacer las cosas y para nosotros es chocante, diferente y por eso ¡me encanta!.


 Por ejemplo los tuk tuk, no son como los de Tailandia o los de la India, aquí son como una especia de moto carro, pero en versión disco. Si si, he dicho disco, los tienen decorados estrafalariamente y de una forma exagerada y con música a todo trapo. De ahí que los llamen disco tuk tuk, los ves a kilómetros con esas luces de feria y parafernalia, es gracioso verlo. Nosotros no tuvimos que utilizar ninguno pero charlamos con alguno de ellos sobre sus tuks tuks y sobre la eurocopa, que en esos días se jugaba la final.

Miramos de todo en los puestos y en otra plaza tenían puesto un escenario gigante donde tenian un karaoke donde ahí estaban las gentes cantando y divirtiéndose de lo lindo. En los días que estuvimos , cenamos un restaurante indio los cuales eran muy simpáticos y pasamos un buen rato haciendo fotos con ellos a parte de volver a probar el riquísimo chai indio.



Paseando al día siguiente por Malaca en unos bajos de un edificio vimos algo realmente alucinante, tanto o más que lo de los murciélagos gigantes. Era un lagarto gigante también, éste era de tamaño como un perro mediano tirando a grande. No podía creer lo que estaba viendo, ¡era inmenso!. Le vimos justo cuando se iba a introducir en un gran hueco en los mismos bajos del edificio.
Habíamos visto otros muy grandes pero no tanto como éste, que impresión. A cada paso que damos, no dejamos de sorprendernos por algo y eso nos da vida.






Teníamos que coger nuevamente un ferri, para cruzar el estrecho de Malaca y llegar a Dumai en la isla de Sumatra (Indonesia). Nuestra aventura continuaba, habíamos cambiado nuestros planes a causa del monzón y aquí estábamos, yendo por tierras desconocidas..países que ni siquiera habíamos oído hablar antes, no teniendo ni si quiera referencias de ningún tipo, lo cual hizo que aportara mas emoción a la aventura. Convivimos en un país musulmán durante un mes, conociendo de cerca sus costumbres y a sus gentes. Sorprendiéndonos positivamente de lo encontrado y despojándonos de nuestros prejuicios adquiridos de nuestra antigua vida. Salimos felices y encantados de aquel país que nos regalo sonrisas, palabras amables y sitios espectaculares. Nos introducimos en lo desconocido, en un mundo ajeno a nosotros, del que el destino y nuestra aventura han hecho que aprendamos una gran lección y que hayamos tenido la gran suerte de haber podido vivir en un mundo musulmán.










                                                    “Se en esta vida como si fueras un extranjero o un pasajero”  


                                                                                                                  – MAHOMA --

                                                            



                                                                       Mawi - HambaMu
                                               (Canción que preguntamos al chico en Tioman)

sábado, 1 de diciembre de 2012

Cuando te inspira un objetivo importante, un proyecto extraordinario, todos tus pensamientos rompen sus ataduras: tu mente supera los límites, tu conciencia se expande en todas direcciones y tú te ves en un mundo nuevo y maravilloso. Las fuerzas, facultades y talentos ocultos cobran vida y descubres que eres una persona mejor de lo que habías soñado ser.


                                                                                                 -- Patanjali, filósofo hindú --


domingo, 18 de noviembre de 2012

UN MUNDO MUSULMÁN : MALASIA




Para la mayoría de los occidentales, la idea de Asia no la asociamos con la cultura musulmana o el islam. Casi siempre nos viene a la cabeza religiones como el budismo, el hinduismo o la taoista entre otras. El concepto que tiene occidente sobre el principal núcleo islámico o donde se concentran mayor número de musulmanes en el mundo es en oriente próximo. Constituyendo ello un gran error ya que en oriente medio sólo forman el veinte por ciento de la población mundial de musulmanes. Gran parte de las mayores densidades demográficas del mundo islámico, se encuentran en Asia oriental. La India tiene una población de 150 millones de musulmanes, el quince por ciento de su población total. Malasia, Indonesia y Bangladesh son tres países asiáticos con una población mayoritariamente musulmana. De hecho Indonesia es el país con mayor número de musulmanes del mundo, aproximadamente unos 190 millones, seguido de Pakistán e India.




Cambiamos nuestra ruta y tuvimos que dirigirnos hacia el sur para poder dejar atrás no solo Tailandia, sino al monzón. Así pues nos adentramos en otro nuevo país y en otra nueva aventura.
La verdad es que no teníamos ni idea, ni ninguna información ni referencia sobre Malasia, salvo la técnica de nuestra guía. No es lo mismo que cuando por ejemplo te diriges a Tailandia, uno sabe lo que se va a encontrar mas o menos, o si vas a a otro país como China, nunca he estado, pero sé que tipo de país es y lo que me encontraré mas o menos, sabiendo que luego la experiencia no será igual a la idea preconcebida. Pero el caso es que no teníamos ni pajolera idea, ni la mas mínima de como sería Malasia. Tal vez fuera nuestra falta de conocimiento o nuestra propia ignorancia. Pero este desconocimiento sobre el país, iba a darle a la aventura mas emoción si cabe. Entrábamos a un mundo desconocido, un mundo del que sólo sabíamos que se regían por el islam..estábamos a punto de entrar a un mundo musulmán.





Cogimos en Tailandia nuestro último paquete de viaje con destino Kuala Lumpur ( Malasia) , a nosotros nos sonaba a “chino”, no la conocíamos ni siquiera por vergüenza, ya que es la capital de Malasia, pero bueno...(ahora una vocecilla en el aire diría eso de “deberías haber estudiado más”).
Durante el viaje, hicimos nuestras correspondientes paradas en las fronteras, sello aquí, sello allá.
Y al cambiar de país, lo curioso es que también nos cambiaron de autobús. Semanas antes estando en Bangkok, veía pasar autobuses de dos plantas y a todo lujo, casi siempre por grupos organizados de japoneses. Y le comentaba a Jairo que me gustaría mucho un día estar en uno de esos, pero que sería muy improbable ya que costaría mucho, suponía entonces. Ya que como es normal siempre procuramos movernos de una forma económica. Pues resulta que el destino je je, nos quiso regalar ese capricho y en el cambio de autobús nos tocó una de esos lujosos y de dos plantas. Estábamos como niños flipándolo y sobre todo gozando del confort que ofrecía aquello, ¡puf! Para nosotros un lujazo, acostumbrados a ir en tuks tuks y autobuses abarrotados y como en Nepal teniendo que ir en la baca o techo del bus esquivando cables de luz y ramas de árboles je je que recuerdos.
El caso es que nuestro trayecto hacia Kuala Lumpur era de lo mas cómodo y de vez en cuando hacíamos paradas en áreas de descanso y sorprendentemente para nosotros comprobábamos que las infraestructuras eran iguales o mejores que en España. Lo notábamos sobre todo en las carreteras y en las autopistas, perfectamente pavimentadas y varios carriles en cada sentido.

Malasia es uno de los países mas ricos de Asia, ya que es productor y exportador de gas y petroleo. Y durante el viaje observando el paisaje, que era todo jungla, selva y verde miraras por donde miraras. De vez en cuando veías refinerías petrolíferas y chimeneas gigantes y cilíndricas con la llama arriba quemando el gas. Por un lado observabas a la naturaleza y por otro como el hombre la explota, curiosa paradigma a través de la ventana del lujoso bus.


Ya era de noche cuando entrábamos a Kuala Lumpur, y nos quedamos boquiabiertos ante tal belleza. Rascacielos y edificios inmensos, siendo lo mas destacable su perfecta e impresionante iluminación. Casi todos lo edificios tienen una espectacular o bien predispuesta iluminación, expuesta para ser observaba. Quizá porque sea madrileño y haya crecido en una gran ciudad, pero siempre he sentido esa admiración y bienestar en una gran urbe, rodeado de grandes edificios, con su transporte público, tráfico y estrés. He vivido durante 14 años en la costa alicantina, pero siempre en algún momento he echado de menos movimiento y acción como yo lo llamo, de una gran capital como es Madrid. Siempre me siento cómodo en mitad de las grandes junglas urbanas. Y justo estábamos entrando en una que muy bien podría llamarse la ciudad de la luz.





Llegamos a nuestro destino y el lujoso bus nos dejó cerca de China Town, una de las zonas mas características de la ciudad, al igual que también constituyen parte de ella Little India y la zona financiera entre otras. Nos adentramos en China Town, era ya tarde, las diez de la noche y el cielo estaba lleno de farolillos rojos chinos. De un techado a otro colgaban como guirnaldas y parecía ser como una feria. Caminábamos con nuestras mochilas junto a una chica francesa con la que compartimos viaje desde Tailandia y nos abríamos paso entre toda esa multitud que interactuaba con todo lo de su alrededor. Cajas de madera y cartón apilados, puestos callejeros estrechos tipo cabinas como mini tiendas. Mirando hacia arriba en los laterales de las calles podías divisar carteles y rótulos de neón con tipografía china, los balcones y terrazas de los edificios eran exactamente como tantas veces lo había visto en las películas y en la tele. China Town era singular, peculiar y caótica, me encantaba aquello. Porque desprendía vida por donde miraras, todo era nuevo, mágico, sorprendente y emocionante.


Buscamos alojamiento, aquí hay de todo tipo. Tanto penosa, como una que vimos que en la entrada (tipo pasillo), al entrar un poco había una enorme telaraña impidiendo el paso por el mismo pasillo, acompañada de humedades y goteras, como decentes con suelo enmoquetado a un precio razonable. Nos alojamos en una guest house normalita, a un precio normal. Aqui en malasia la moneda es el Ringgit Malayo “MYR” (1euro = 4 Ringgits). La habitación nos salió por unos 45 MYR, sin baño (compartido exteriormente), pero suficiente para el uso que queríamos de ella, dormir.





Al día siguiente nos levantamos temprano para explorar la ciudad. Nos dirigimos hacia el centro financiero, donde se encuentran las famosas (ahora lo sabemos) torres Petronas, que fueron las torres mas altas del mundo en su día, ahora están en el puesto séptimo. Pero conservan el título de las mas altas torres gemelas del mundo, 452 metros. Mientras nos dirigíamos hacia las torres, observábamos la ciudad ya con la luz del día y nos percatábamos de las maravillas que tiene. No es solo su modernidad como urbe, no es por la belleza de sus rascacielos, sino por sus gentes. Kuala Lumpur es una mezcla de etnias asombrosa. Aquí se mezcla culturas y etnias de todo tipo, las que mas predominan son la Malaya con un 55 % seguida de la China con un 25% y la India con un 10%. Lo bueno de todo es la perfecta armonía y convivencia que hay entre unos y otros, respetándose y valorándose entre ellos. Deberíamos aprender bastante de ellos y dejar de ser tan xenófobos como lo somos en general en España. Me apuesto lo que sea que a la gente española toleran a los chinos por sus tiendas y precios baratos, pero si ellos quisieran construir templos a sus dioses, seguro que pondríamos el grito en el cielo. Aquí en Kuala Lumpur y en Malasia en general son bastante mas tolerantes con los de fuera, con los inmigrantes, con el diferente. Y conviven entre todos con una ejemplaridad que ya me gustaría mi en mi propio país.


Visitamos las Torres Petronas, descubriendo que en su interior alberga a parte de oficinas, un gran y lujoso centro comercial, donde podías comer por muy poco distintos tipos de comida, india, kebabs, china, vegetariana, pizzas etc... Aquí en Malasia comer es tan barato que a la gente, le resulta mas caro comprar en el super y hacerse la comida que comer en la calle o restaurante. Seguíamos deleitándonos de esta ciudad, recorriendo calles y sorprendiendonos en cada esquina. Por la tarde y cuando era ya de noche quisimos regresar a la zona financiera para contemplar la maravilla de la luminosidad en sus rascacielos y para sorpresa nuestra y como una bienvenida nos encontramos en la plaza donde se encuentran las Torres Petronas, un festival. Donde había montado un escenario en mitad del lago artificial que alli se encuentra. El evento era “Kuala Lumpur International Music & Light Festival (World Gas Conference 2012)”, donde a cargo de las grandes empresas y multinacionales organizan tal evento con actuaciones musicales, espectáculos de luz y sonido, tanto en el lago interactuando con las fuentes como hologramas musicales en las fachadas de los edificios de las torres Petronas. Un auténtico espectáculo de luz y color que para nosotros interpretamos que era el recibimiento que nos brindaba la ciudad y con ello hizo que fuera una de las noches mas especiales de nuestro viaje.





Pasaban los días y no dejábamos rincón sin explorar, visitamos templos chinos, hindúes, también mezquitas y viajábamos por el skytrain que aquí esta más desarrollado que en Bangkok, ya que tiene varias lineas y buena comunicación. También dispone del monorail, parecido al skytrain, pero este circula en una linea independiente, es tan independiente que no tiene ni conductor, es tripulado por ordenador. Visitamos hasta un acuario donde pudimos ver de cerca a tiburones blancos y toda especie marina que se precie. Dábamos grandes paseos, investigando todo, llevándonos sorpresas como en la de en un centro comercial donde arriba del todo se ubicaba un parque de atracciones, nada que envidiar al de Madrid. Sorprendentemente estabas en uno ¡pero con techo!. Pagando un módico precio podías montar en todas y cada una de ellas. Como niños allá que fuimos, tiene una montaña rusa bastante decente con sus loopings incluidos, ademas de otras atracciones de las que sales
bastante mareado je je.




Solíamos cenar en China Town en un restaurante chino callejero, el resto de comidas sobre la marcha durante el día y de todo tipo, aquí hay variedad eso es lo bueno. Otro día visitamos la torre Menara, es una torre de telecomunicación de 421 metros. Que desde su planta superior esférica uno puede observar Kuala Lumpur a una altura superior a la de las torres Petronas , ya que está situada sobre una pequeña colina y con una perspectiva y un angulo de 360º. Fue impresionante ver todo la ciudad desde lo alto.
También visitamos la zona de Little India, donde es mucho mas pequeña de lo que esperábamos. Aún así tiene su encanto, con sus tiendas de trajes a medida, sus sedas y baratijas. Hoteles indios y en la avenida que lo forma de color púrpura es como estar en un decorado de Bollywood, mientras observas a sus gentes, eso si, vestidos típicamente indios.



Durante nuestra estancia en la ciudad , nos cambiamos de guest house a otra con suelo enmoquetado como antes decía y era agradable ya que era tipo albergue o comuna, donde compartías todo, baño y cocina, ya que incluía desayuno  e intercambiabas impresiones y consejos con otros viajeros. Llevábamos varios días allí, Kuala Lumpur nos encantaba pero queríamos ver mas partes de Malasia, no sabíamos por donde tirar y mirando la guía, a ojo y por propia deducción nos dirigimos hacia Kuala Terengganu. Para ello cogimos otro autobús y aquí en Malasia la característica sobre el transporte, es que es bastante moderno, cómodo y barato. Todos los buses, sean cuales sean las compañías contratadas, son de lujo, con asientos acolchados de cuero tipo sillón y muchos buses de dos plantas. Supongo que es una de las ventajas de ser un país productor de energías.




Llegamos a Kuala Terengganu que se sitúa al noreste del país. Elegimos esta ciudad por su proximidad a zonas costeras y unas islas cercanas. K.T. es una pequeña ciudad totalmente musulmana, aquí predomina totalmente el islam, donde quieras que fueras encontrabas alguna mezquita. Nos dimos cuenta que aquí para moverte no era de la misma forma que solíamos hacerlo en Tailandia, aquí no vale eso de coger una moto y recorrer distancia, porque las distancias son verdaderamente enormes. Nos informamos de como ir a las zonas de playa y para ello tendríamos que trasladarnos nuevamente. Estuvimos un par de días en la ciudad conociéndola y visitando quizá su mayor atractivo la “ Crystal Mosque” una mezquita situada en una pequeñísima isla muy cerca. Pero no te da la sensación de estar en una isla ya que esta tan próxima a la costa y a la vez se accede a ella por una carretera que hace que esté comunicada y no tengas la sensación de estar apartado como en una isla. El caso es que compartimos un taxi con unas coreanas muy simpáticas y risueñas como suelen serlo para dirigirnos a la mezquita. La mezquita es impresionantemente hermosa, como sacada de algún cuento árabe tipo Aladdin. Está situada en un recinto junto a los canales de agua que la rodean y suele ser visitada por las gentes locales más que por turistas.




Nos disponíamos a entrar Jairo y yo con nuestras vestimentas normales (para nosotros), cuando en la entrada de la mezquita, el encargado junto a otro hombre, nos indico que nos pusiéramos por favor una túnica mas acorde que nos facilitaron para entrar. Nos lo dijeron con tal amabilidad y con unas sonrisas que nos llegaron al alma. Me sentí de nuevo cómodo y muy a gusto entre gente diferente, recibiéndome y tratándome con tantísima amabilidad. Al entrar a la mezquita ya correctamente vestidos y descalzos para poder pisar suelo sagrado, admiramos su belleza interior, su cúpula y los allí asistentes rezando y charlando entre ellos. Nosotros andábamos tranquilos, cómodos, admirando y haciéndonos fotos. Después de un momento salimos y con los hombres de la entrada estuvimos un rato hablando y divirtiéndonos un poco haciéndonos fotos, dimos un paseo por los alrededores, donde por cierto se me rompió una de mis sandalias y me tocó ir descalzo hasta llegar a la ciudad, fue un momento divertido ya que algunas zonas del suelo estaban ardiendo del calor que hacía, a Jairo le parecía especialmente divertido je je.
Teníamos que volver y para ello teníamos que coger un taxi de vuelta, pero no sabíamos donde, ya que la zona esta apartada y todo el mundo que iba allí llegaba con su coche particular. Había un grupo de chicos locales a los que le preguntamos como coger un taxi, ellos inmediatamente cogieron sus móbiles y llamaron para encargar uno. Mientras esperábamos al taxi, ellos se presentaron y nos preguntaron sobre nosotros y nuestras vidas con una curiosidad típica e inocente. Nos aconsejaron sobre el precio del trayecto y que no pagásemos mas de lo que nos habían aconsejado, fueron muy amables y estuvieron con nosotros hasta asegurarse de que regresábamos “sanos y salvos” en el taxi que tan amablemente nos consiguieron. Una vez mas estábamos comprobando la amabilidad de las gentes locales, la predisposición a ayudarte si lo necesitas con desinterés y con una amable sonrisa. Uno siempre adquiere indirectamente los miedos y prejuicios que una sociedad o cultura como la tuya propia, te inculca durante tu vida y te das cuenta de lo diferente y equivocado que es todo, solo hace falta abrirse un poco, conocer mas allá de lo que ves y abrir tu corazón no solo hacia a los demás, sino a ti mismo...

Kuala Terengganu también tiene su zona China Town, no tan grande como en Kuala Lumpur, pero suficiente como para darte un paseo y por ejemplo comprarte unas nuevas sandalias y parar a comer en un restaurante coreano, ademas de entrar en un templo chino y ver a unas ancianas realizar sus rezos y ofrendas al Dios de turno.

Un día volvíamos de un largo paseo por la costa e íbamos a coger un bus local para regresar a nuestro hotel. En la parada había un chico, turco. Con el cual entablamos conversación y entre unas cosa y otras le dijimos que desearíamos ir a visitar alguna isla. El chico que sabía hablar algo de español ya que había trabajado un tiempo en España como camarero y aquí en K.T. trabaja de cocinero, nos informó de las islas cercanas tales como Lang Tengah Island, Bidong Island o Tenggol Island. Nos dijo que las islas eran espectaculares, eran las típicas que sólo se podía acceder y salir de ellas con algún bote de algún local, ya que no había ferris, y que una vez allí solo era para estar de relax ya que no había mucho mas que hacer. A parte nos dijo que era algo caro, por la dificil comunicación y acceso a ellas. También nos habló de otra isla mas al sur (Pulau Tioman island), la cual era mas accesible, barata y lo más importante, no tan turística.
Una vez mas, otra amable persona, sin importar de donde sea, fue amable y atento con nosotros sin más.



Nuestra estancia y experiencia en Malasia estaba siendo de lo mas sorprendente y positiva, ya no por el país en sí o por sus lugares y sitios, sino por sus gentes. Las cuales siempre nos trataban con una amabilidad que quizá por nuestros prejuicios preconcebidos por nuestra antigua vida no nos esperábamos. De nuevo nos sentimos privilegiados por vivir esta experiencia y aventura en un país desconocido para nosotros, del que entramos con cierto cauto y que el destino quiso enseñarnos hilando sus hilos hacia este país, hacia este mundo musulmán.







miércoles, 10 de octubre de 2012

HUYENDO DEL MONZÓN


Phuket es la isla mas grande de Tailandia situada en el mar de Andaman y ahí estábamos, después de mas de dos horas de un viaje divertido en la proa del ferry, nos encontrábamos en el puerto de Phuket. Teníamos dos opciones , o ir a “Patong” que es la zona turística y mas cercana de las zonas playeras, o quedarnos en “Old Town” en la parte vieja de la ciudad. Preguntamos cuanto nos costaba el taxi a un lado y a otro y la verdad es que había una exageración entre ellos. Nos decantamos por old town, no solo porque el taxi fuera mucho mas barato, sino porque íbamos a alquilar una moto igualmente y nos daba igual tener que recorrer mas isla para ir a la zona turística, realmente a nosotros eso nos daba igual, ya que queríamos ver todo, no solo la zona deseada.

Nos instalamos y como queríamos, alquilamos una moto un par de días y nos fuimos a la parte de Patong. El primer día fuimos a la playa cerca de la zona turística, hay varias pero nos plantamos en la primera que nos gustó. Estuvimos bañándonos y jugando con las impresionantes olas que habían esa tarde, el cielo se estaba oscureciendo, no porque fuera a ser de noche, sino por los nubarrones que venían del horizonte. Al igual que la mayoría de los bañistas que allí se encontraban, nosotros seguíamos dentro del agua y disfrutando. Empezó a llover y a oscurecerse cada vez más, cuando llego un momento que llovía mas fuerte, fue cuando decidimos que era suficiente y nos salimos del agua. Cuando estábamos en la arena, empezó a caer mas fuerte aún, tanto que tuvimos que refugiarnos en una restaurante enfrente de la playa. Tomamos algo mientras veíamos como la lluvia intensa bañaba todo y torrencialmente, con la fuerza típica e intensa que suele hacerlo por aquí.


Si nos “quejábamos” de Phi Phi Don Island por ser turístico, Patong ya era el colmo. Estaba abarrotado de locales y hoteles, clubes y pubs, hasta tenían un centro comercial de los más lujoso con todo tipo de tiendas y restaurantes. Paramos a comer allí un día en uno de esos restaurantes un magnifico kebab, ¡me encantan los kebabs! , dimos una vuelta y estuvimos mirando tiendas e incluso entramos en una sala de juegos recreativos para curiosear y trastear un poco, y donde cambiando tus bhats te daban otras monedas con la cara del famoso personaje de videojuegos Mario Bros llamadas “Token”, que podías utilizarlas para cualquier maquina o juego de la sala. Es una chorrada, pero me encanta estas tonterías, nos guardamos un par de Tokens de recuerdo je je. Cuando salimos, nos percatamos de que había llovido, ¡vaya! otra vez, ya era el segundo día, lo bueno de aquí en Tailandia, es que llueve mucho y tan fuerte que parece que todo se vaya a inundar y quedar mojado para siempre, pero a las pocas horas, por el calor y el bochorno, todo se evapora como por arte de magia, quedándose las calles secas y limpias.

Al día siguiente ya no tuvimos tanta suerte, llovía intermitentemente y muy a menudo, teníamos que entregar la moto y queríamos alquilarla mas días, pero visto el tiempo, la entregamos hasta nuevo aviso. Decidimos aprovechar y renovar de nuevo el visado, ya que la última vez que lo hicimos fue hace casi dos semanas y por lo tanto nuestro visado ya expiraba. Fuimos a una agencia, donde por cierto la señora, fue una de las mas amables y amistosas que nos hemos encontrado en Tailandia. Como la última vez que renovamos el visado, nos recogerían con una van junto a mas turistas para acercarnos a la frontera y así poder renovar. Esta vez fuimos a Ranong que hace frontera con Myanmar la antigua Birmania. Cuando llegamos a la frontera, nos sellaron la salida y a diferencia de la anterior vez en la frontera con Malasia, no fue tan rápido. Después del sellado de salida nos introdujimos tanto los turistas como nosotros en una embarcación típica birmana, estrecha y alargada. Teníamos que ir hasta el puesto fronterizo en Myanmar y lo hicimos por mar. Tardamos casi cuarenta minutos de trayecto. Mientras llegábamos veía los templos y estatuas de budas sobre las colinas y montañas en las costas de Myanmar, país también budista. Llegamos y nos sellaron tanto la entrada como la salida, apenas estuvimos veinte minutos. Sólo nos exigieron una foto carnet y un pago de tasa o impuesto de unos 30 dólares, que nosotros no pagamos en ese momento ya que venía incluido en el precio del pack que contratamos. Técnicamente se puede decir que he estado en Myanmar, ya que tengo el sello, pero la verdad es que no he podido disfrutar del país, lo dejo pendiente para la próxima vez. Volvimos en la misma embarcación en la que habíamos venido y entramos a Tailandia por donde habíamos salido, de nuevo otros 15 días de visado.



Al día siguiente salimos de la guest house o al menos eso intentamos ya que nos quedamos en la entrada contemplando la lluvia intensa como caía casi sin cesar durante un buen rato. Le preguntamos a la chica que estaba en la entrada y regentaba en ese momento el hotel, nos comentó que era normal en esas fechas (estábamos ya a finales de mayo) y que durante cuatro meses no veríamos el sol y sí, el cielo gris todos los días lloviendo casi sin cesar intensa e intermitentemente. Ha llegado la época de lluvias o llamado también Monzón. Nos quedamos chafados y por otro lado era algo de esperar ya que sabíamos que llegaría, pero este acontecimiento no habíamos querido incluirlo en nuestro viaje. No teníamos ruta establecida, ya que como he explicado alguna vez nos movíamos por la improvisación y de nuevo, improvisamos.

Estuvimos mirando opciones y sitios donde pudiéramos ir, resulta que en la parte occidental de Tailandia donde estábamos, en el mar de Andaman, las lluvias llegan antes por diversos motivos climatológicos y por la situación geográfica, etc... y en cambio en la parte mas oriental, donde se encuentra el golfo de Tailandia y otras famosas islas como Koh Phangan, Koh Tao o Koh Samui allí el clima durante mayo-junio es más benevolente. Así pues nos dirigimos hacia el golfo de Tailandia, concretamente a Koh Tao.

Contratamos de nuevo otro pack de viaje para llegar a las isla, primero fuimos en otra van hasta Surat Thani y luego una travesía nocturna en un ferry hasta Koh Tao.
Cuando llegamos no sabíamos donde ir. Un jeep que recogía a turistas y los dejaba en diferentes zonas de la isla nos recogió a cambio de un módico precio claro. Nos dejó en una zona medio turística cerca de la playa, pero no en primera linea. Estuvimos mirando y buscando alojamiento adecuado y barato. Nos costó un poco encontrar algo decente y económico, pero nuestra insistencia tuvo resultados.
Encontramos un poco mas apartado del meollo y el ruido concentrado de la zona turística, una serie de bungalows, que al quedarnos una semana pudimos regatearlo a muy buen precio. Nos salió a 350 bhats por día, unos 9 euros. El bungalow estaba equipado sobradamente para nosotros,¡agua caliente!, aire acondicionado, nevera, tv ( que nuca veíamos, no nos interesaba), wifi y el bungalow en sí que era espacioso y una maravilla con detalles que lo hacían realmente encantador. Una vez tuvimos el alojamiento resuelto, fuimos a por el transporte para nuestra semana.



Alquilamos una moto y resulta que aquí en Koh Tao, las gentes locales que alquilan motos, tienen un trapicheo con ellas bastante jodido, me explico.
Resulta que al alquilar una moto aquí (solo ocurre en Koh Tao que nosotros sepamos), firmas un papel con posibles daños que puedas causar a la moto, tipo arañazos, roturas de cualquier tipo etc.. es como una especie de seguro que hacen por si hubiera algún tipo de desperfecto y así cubrirse las espaldas. Pero el engaño o el aprovechamiento viene cuando al producirse algún arañazo , roce o cualquier cosa leve que puede pasar, ya que aquí en la isla, las carreteras estan muy mal y muchos caminos son de tierra. Ellos te ponen unas sumas muy elevadas de los daños. Te entregan la moto impoluta, nueva y brillante, como sacada de fabrica. Nosotros al entregarla después de una semana tenía algún arañazo en el lateral a causa de una caída leve, pero algo sin inportancia y casi inesistente. El caso es que al entregarla, nos recriminaron aquello y nos realizaron una suma excesiva y abusiva por dos arañazos de nada. Al final me tuve que encarar con ellos, amenacé con llamar a la policía, ellos se rieron y dijeron que por favor los llamara, en ese momento supe que no teníamos elección sabiendo que aquí la policía es corrupta y que seguramente estuvieran todos compinchados. Al hacerme la suma, ellos me hicieron como un descuento del total y cuando les amenacé con ir a la policía, me dijeron entonces que si viniera la policía, tendría que pagar la suma entera. Jairo no pudo con la rabia y tuvo que salir fuera, yo seguí discutiendo con ellos mientras observaba sus sonrisas hipócritas sabiendo que yo no tenía elección. Al final pagamos la suma llenos de indignación y rabia. Hablando con otros turistas nos comentaron que aquí suelen hacerlo y así sacar dinero al turista. Y que la próxima vez fuéramos a un negocio regentado por extranjeros. Yo personalmente siempre he procurado utilizar negocios y tiendas de la gente local en todos los sitios donde he estado, para así contribuir algo hacia ellos ya que supongo que lo necesitarán mas que un extranjero que ha montado un negocio, para vivir mejor de lo que ya vive. Pero en este caso y aquí en KohTao, si alguien viene recomiendo encarecidamente que alquile una moto en un local de extranjeros si no quieren ser timados o estafados.



Quitando este mal trago, el resto de la semana fue genial, íbamos con nuestra moto recorriendo la isla de pe a pa, visitando calas y caminos explorables. Nos encanta coger la moto y echar kilómetros, mientras nos deleitamos con los paisajes y sentir el aire en nuestras caras. También nos da por cantar, cantar alto y a dúo. Nos reímos bastante y lo pasamos genial gracias a nuestra complicidad.

Un día subimos a lo alto de la isla, digamos a un mirador, donde observábamos la costa y la parte donde nos ubicábamos. También hicimos snorkel, que en esta zona es muy rica en fauna marina y pudimos contemplar múltiples y diferentes tipos de peces de colores y coral por doquier. Buceamos y pasamos dos horas sin darnos cuenta detrás de los peces y sumergidos en un mundo acuático increíble.

Koh Tao es una isla no demasiado grande, pero si lo suficiente como para perderte y alejarte de la zona turística donde estábamos. Otra zona turística distinta era la del puerto, ésta sin playas cercanas. Puedes perderte y descubrir caminos que te llevan e introducen por bosques y vegetación selvática típica de la isla, visitar en lo alto miradores y obtener vistas privilegiadas. Playas y calas de postal, yendo con la moto parándote a tomar algo en un establecimiento de alguna familia local y contagiarte de la tranquilidad y el ritmo de vida pausado de las gentes de esta isla (y del país en general). Sin duda esta isla es otro acierto en nuestra improvisada ruta y una delicia para cualquier turista.

Un día quisimos y visitamos Nangyuan Island, que se encuentra a pocos kilómetros de Koh Tao y que uno puede divisar desde la playa. Alquilamos una embarcación, una especie de taxi acuático. Nos llevo a la isla y a última hora de la tarde nos recogería para llevarnos de vuelta.

Nangyuan Island es una isla espectacular con una pasarela de playa tipo como la de “Tup Island”, pero mas grande. Separando y constituyendo a un lado una especie de mini golfo, donde el agua es clara y transparente como la de una piscina y al otro lado también clara pero con algo de oleaje suave. La isla la forman dos pequeñas montañas o rocas emergentes y en medio la playa formando las dos costas. Subimos a una de las pequeñas montañas, donde uno tiene vistas de la isla completamente espectaculares.
Pasamos el día bañándonos y disfrutando de la isla y al atardecer volvimos a Koh tao y contemplamos de nuevo otra puesta de sol desde la playa principal...

Durante nuestra estancia hubo un par de días que el monzón hizo acto de presencia. Cuando llegó la hora de irse decidimos volver a Krabi Town, ya que el tiempo empeoró como en Phuket.
Salimos de Koh Tao cogiendo el ferry de igual manera que como habíamos llegado, de noche. Pero este trayecto iba a ser algo mas emocionante. Había tormenta, pero no una tormenta normal, sino monzónica. Las tormentas monzónicas son muy intensas y con muchos rayos. Imaginaros el oleaje aquella noche. Estaba a parte de tumbado o acostado para dormir como todo el mundo, espectante de lo que ocurría y notando como se movía el ferry de esa forma exagerada que parecía que volcara o se hundiera en cualquier momento, o como si se fuera a partir en dos por la forma que subía y bajaba las olas. Miraba por las ventanas y veía como el horizonte se volvía loco y parecía como que daba vueltas de campana o eso me parecía a mi. Tanto fue el tambaleo que cuando quise ir al aseo me agarraba como podía y aún así no pude evitar caer al suelo como un muñeco, viendo a lo lejos el descojone de Jairo. Después de la primera hora, me acostumbré a aquello y pude dormir hasta llegar a Surat Thani.

Una vez en Krabi Town, que volvimos por la buena sensación que vivimos un mes atrás. Decidimos que teníamos que cambiar de intenciones. La nuestra era viajar por Laos, Vietnam y Cambodia, pero con el monzón encima y con cuatro meses por delante de lluvias, teníamos que cambiar de estrategia. Estuvimos mirando opciones y rutas y alternativas y al final decidimos nuestro próximo destino hacia el sur huyendo del monzón.





Mi estancia en Tailandia ha sido de placer, sin planes personales transcendentales ni espirituales. Mi estancia tanto en Nepal e India fue de aprendizaje y de crecimiento interior. Aprendiendo nuevas cosas y sobre todo, de mi mismo. En este caso, en este paraíso terrenal llamado Tailandia me he dejado llevar por las circunstancias, disfrutando del entorno y placeres de este país. De la compañía y el sentimiento hacia Jairo creando un vinculo para compartir esta aventura juntos.

Pienso que en esta vida, aunque uno cambie y evolucione en la dirección que sea, no tiene por qué cambiar radicalmente su carácter o forma de ser. Uno puede descubrir cosas en la vida, aprender lecciones vitales que le aporten y eso enriquecerte sin prescindir de lo que antes te aportaba o te sigue aportando. Dejando que lo nuevo sume y aporte mas a tu vida e intentando restar lo que no te favorece y aporte. Uno va cambiando su forma de pensar, sus sentimientos y prioridades pero lo que es la esencia, tu ser... sigue siendo lo mismo y no tiene por qué variar en absoluto. Creo mas que el equilibrio tan codiciado en esta vida, está en saber disfrutar de todo, sin miedos ni prejuicios, ni engaños ni vergüenzas y sobre todo con Amor. Si uno quiere explorar su lado espiritual no tiene por qué convertirse en otro ser distinto al que era, tan solo porque está descubriendo nuevas cosas.

Viajando como he viajado, he visto y me he percatado de las múltiples diferencias que existen entre Occidente y Oriente, pero quizá la mas significativa para mi sea esta. El ser humano digamos lo así, se compone de entre lo material y lo espiritual. En Occidente por religión, cultura y sociedad hemos desarrollado más las parte material, centrándonos en nosotros en ese aspecto, dejando que el ego y orgullo maneje nuestro estilo de vida, preocupándonos sólo de nuestro aspecto físico y el éxito personal basado en el egoísmo materialista, olvidándonos y despreocupándonos del aspecto espiritual. En cambio en Oriente ocurre justamente lo contrario, por cultura, religión, la sociedad se ha preocupado mas en el aspecto espiritual, dejando a un lado el aspecto material hacia uno mismo creando en ello unas desigualdades atroces, tanto en un lado (Occidente), como en el otro (Oriente). El equilibrio esta en preocuparse de ambos aspectos. El físico, ya que no es solo por un aspecto o apariencia, sino por salud y el espiritual sin olvidar las necesidades físicas y materiales despojándose del ego para disfrutarlas sanamente. Uno puede rezar a Dios o a uno mismo, meditar o realizar actividades mundanas o divinas y dar gracias al destino por la bendiciones que te brinda en tu camino gozando y disfrutando de los placeres terrenales que te ofrece la vida y el ser humano. Sin radicalizarse ni obsesionarse con ningún aspecto en concreto.
Hay tiempo para todo y momento para ello, para lo espiritual y lo material.