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domingo, 18 de noviembre de 2012

UN MUNDO MUSULMÁN : MALASIA




Para la mayoría de los occidentales, la idea de Asia no la asociamos con la cultura musulmana o el islam. Casi siempre nos viene a la cabeza religiones como el budismo, el hinduismo o la taoista entre otras. El concepto que tiene occidente sobre el principal núcleo islámico o donde se concentran mayor número de musulmanes en el mundo es en oriente próximo. Constituyendo ello un gran error ya que en oriente medio sólo forman el veinte por ciento de la población mundial de musulmanes. Gran parte de las mayores densidades demográficas del mundo islámico, se encuentran en Asia oriental. La India tiene una población de 150 millones de musulmanes, el quince por ciento de su población total. Malasia, Indonesia y Bangladesh son tres países asiáticos con una población mayoritariamente musulmana. De hecho Indonesia es el país con mayor número de musulmanes del mundo, aproximadamente unos 190 millones, seguido de Pakistán e India.




Cambiamos nuestra ruta y tuvimos que dirigirnos hacia el sur para poder dejar atrás no solo Tailandia, sino al monzón. Así pues nos adentramos en otro nuevo país y en otra nueva aventura.
La verdad es que no teníamos ni idea, ni ninguna información ni referencia sobre Malasia, salvo la técnica de nuestra guía. No es lo mismo que cuando por ejemplo te diriges a Tailandia, uno sabe lo que se va a encontrar mas o menos, o si vas a a otro país como China, nunca he estado, pero sé que tipo de país es y lo que me encontraré mas o menos, sabiendo que luego la experiencia no será igual a la idea preconcebida. Pero el caso es que no teníamos ni pajolera idea, ni la mas mínima de como sería Malasia. Tal vez fuera nuestra falta de conocimiento o nuestra propia ignorancia. Pero este desconocimiento sobre el país, iba a darle a la aventura mas emoción si cabe. Entrábamos a un mundo desconocido, un mundo del que sólo sabíamos que se regían por el islam..estábamos a punto de entrar a un mundo musulmán.





Cogimos en Tailandia nuestro último paquete de viaje con destino Kuala Lumpur ( Malasia) , a nosotros nos sonaba a “chino”, no la conocíamos ni siquiera por vergüenza, ya que es la capital de Malasia, pero bueno...(ahora una vocecilla en el aire diría eso de “deberías haber estudiado más”).
Durante el viaje, hicimos nuestras correspondientes paradas en las fronteras, sello aquí, sello allá.
Y al cambiar de país, lo curioso es que también nos cambiaron de autobús. Semanas antes estando en Bangkok, veía pasar autobuses de dos plantas y a todo lujo, casi siempre por grupos organizados de japoneses. Y le comentaba a Jairo que me gustaría mucho un día estar en uno de esos, pero que sería muy improbable ya que costaría mucho, suponía entonces. Ya que como es normal siempre procuramos movernos de una forma económica. Pues resulta que el destino je je, nos quiso regalar ese capricho y en el cambio de autobús nos tocó una de esos lujosos y de dos plantas. Estábamos como niños flipándolo y sobre todo gozando del confort que ofrecía aquello, ¡puf! Para nosotros un lujazo, acostumbrados a ir en tuks tuks y autobuses abarrotados y como en Nepal teniendo que ir en la baca o techo del bus esquivando cables de luz y ramas de árboles je je que recuerdos.
El caso es que nuestro trayecto hacia Kuala Lumpur era de lo mas cómodo y de vez en cuando hacíamos paradas en áreas de descanso y sorprendentemente para nosotros comprobábamos que las infraestructuras eran iguales o mejores que en España. Lo notábamos sobre todo en las carreteras y en las autopistas, perfectamente pavimentadas y varios carriles en cada sentido.

Malasia es uno de los países mas ricos de Asia, ya que es productor y exportador de gas y petroleo. Y durante el viaje observando el paisaje, que era todo jungla, selva y verde miraras por donde miraras. De vez en cuando veías refinerías petrolíferas y chimeneas gigantes y cilíndricas con la llama arriba quemando el gas. Por un lado observabas a la naturaleza y por otro como el hombre la explota, curiosa paradigma a través de la ventana del lujoso bus.


Ya era de noche cuando entrábamos a Kuala Lumpur, y nos quedamos boquiabiertos ante tal belleza. Rascacielos y edificios inmensos, siendo lo mas destacable su perfecta e impresionante iluminación. Casi todos lo edificios tienen una espectacular o bien predispuesta iluminación, expuesta para ser observaba. Quizá porque sea madrileño y haya crecido en una gran ciudad, pero siempre he sentido esa admiración y bienestar en una gran urbe, rodeado de grandes edificios, con su transporte público, tráfico y estrés. He vivido durante 14 años en la costa alicantina, pero siempre en algún momento he echado de menos movimiento y acción como yo lo llamo, de una gran capital como es Madrid. Siempre me siento cómodo en mitad de las grandes junglas urbanas. Y justo estábamos entrando en una que muy bien podría llamarse la ciudad de la luz.





Llegamos a nuestro destino y el lujoso bus nos dejó cerca de China Town, una de las zonas mas características de la ciudad, al igual que también constituyen parte de ella Little India y la zona financiera entre otras. Nos adentramos en China Town, era ya tarde, las diez de la noche y el cielo estaba lleno de farolillos rojos chinos. De un techado a otro colgaban como guirnaldas y parecía ser como una feria. Caminábamos con nuestras mochilas junto a una chica francesa con la que compartimos viaje desde Tailandia y nos abríamos paso entre toda esa multitud que interactuaba con todo lo de su alrededor. Cajas de madera y cartón apilados, puestos callejeros estrechos tipo cabinas como mini tiendas. Mirando hacia arriba en los laterales de las calles podías divisar carteles y rótulos de neón con tipografía china, los balcones y terrazas de los edificios eran exactamente como tantas veces lo había visto en las películas y en la tele. China Town era singular, peculiar y caótica, me encantaba aquello. Porque desprendía vida por donde miraras, todo era nuevo, mágico, sorprendente y emocionante.


Buscamos alojamiento, aquí hay de todo tipo. Tanto penosa, como una que vimos que en la entrada (tipo pasillo), al entrar un poco había una enorme telaraña impidiendo el paso por el mismo pasillo, acompañada de humedades y goteras, como decentes con suelo enmoquetado a un precio razonable. Nos alojamos en una guest house normalita, a un precio normal. Aqui en malasia la moneda es el Ringgit Malayo “MYR” (1euro = 4 Ringgits). La habitación nos salió por unos 45 MYR, sin baño (compartido exteriormente), pero suficiente para el uso que queríamos de ella, dormir.





Al día siguiente nos levantamos temprano para explorar la ciudad. Nos dirigimos hacia el centro financiero, donde se encuentran las famosas (ahora lo sabemos) torres Petronas, que fueron las torres mas altas del mundo en su día, ahora están en el puesto séptimo. Pero conservan el título de las mas altas torres gemelas del mundo, 452 metros. Mientras nos dirigíamos hacia las torres, observábamos la ciudad ya con la luz del día y nos percatábamos de las maravillas que tiene. No es solo su modernidad como urbe, no es por la belleza de sus rascacielos, sino por sus gentes. Kuala Lumpur es una mezcla de etnias asombrosa. Aquí se mezcla culturas y etnias de todo tipo, las que mas predominan son la Malaya con un 55 % seguida de la China con un 25% y la India con un 10%. Lo bueno de todo es la perfecta armonía y convivencia que hay entre unos y otros, respetándose y valorándose entre ellos. Deberíamos aprender bastante de ellos y dejar de ser tan xenófobos como lo somos en general en España. Me apuesto lo que sea que a la gente española toleran a los chinos por sus tiendas y precios baratos, pero si ellos quisieran construir templos a sus dioses, seguro que pondríamos el grito en el cielo. Aquí en Kuala Lumpur y en Malasia en general son bastante mas tolerantes con los de fuera, con los inmigrantes, con el diferente. Y conviven entre todos con una ejemplaridad que ya me gustaría mi en mi propio país.


Visitamos las Torres Petronas, descubriendo que en su interior alberga a parte de oficinas, un gran y lujoso centro comercial, donde podías comer por muy poco distintos tipos de comida, india, kebabs, china, vegetariana, pizzas etc... Aquí en Malasia comer es tan barato que a la gente, le resulta mas caro comprar en el super y hacerse la comida que comer en la calle o restaurante. Seguíamos deleitándonos de esta ciudad, recorriendo calles y sorprendiendonos en cada esquina. Por la tarde y cuando era ya de noche quisimos regresar a la zona financiera para contemplar la maravilla de la luminosidad en sus rascacielos y para sorpresa nuestra y como una bienvenida nos encontramos en la plaza donde se encuentran las Torres Petronas, un festival. Donde había montado un escenario en mitad del lago artificial que alli se encuentra. El evento era “Kuala Lumpur International Music & Light Festival (World Gas Conference 2012)”, donde a cargo de las grandes empresas y multinacionales organizan tal evento con actuaciones musicales, espectáculos de luz y sonido, tanto en el lago interactuando con las fuentes como hologramas musicales en las fachadas de los edificios de las torres Petronas. Un auténtico espectáculo de luz y color que para nosotros interpretamos que era el recibimiento que nos brindaba la ciudad y con ello hizo que fuera una de las noches mas especiales de nuestro viaje.





Pasaban los días y no dejábamos rincón sin explorar, visitamos templos chinos, hindúes, también mezquitas y viajábamos por el skytrain que aquí esta más desarrollado que en Bangkok, ya que tiene varias lineas y buena comunicación. También dispone del monorail, parecido al skytrain, pero este circula en una linea independiente, es tan independiente que no tiene ni conductor, es tripulado por ordenador. Visitamos hasta un acuario donde pudimos ver de cerca a tiburones blancos y toda especie marina que se precie. Dábamos grandes paseos, investigando todo, llevándonos sorpresas como en la de en un centro comercial donde arriba del todo se ubicaba un parque de atracciones, nada que envidiar al de Madrid. Sorprendentemente estabas en uno ¡pero con techo!. Pagando un módico precio podías montar en todas y cada una de ellas. Como niños allá que fuimos, tiene una montaña rusa bastante decente con sus loopings incluidos, ademas de otras atracciones de las que sales
bastante mareado je je.




Solíamos cenar en China Town en un restaurante chino callejero, el resto de comidas sobre la marcha durante el día y de todo tipo, aquí hay variedad eso es lo bueno. Otro día visitamos la torre Menara, es una torre de telecomunicación de 421 metros. Que desde su planta superior esférica uno puede observar Kuala Lumpur a una altura superior a la de las torres Petronas , ya que está situada sobre una pequeña colina y con una perspectiva y un angulo de 360º. Fue impresionante ver todo la ciudad desde lo alto.
También visitamos la zona de Little India, donde es mucho mas pequeña de lo que esperábamos. Aún así tiene su encanto, con sus tiendas de trajes a medida, sus sedas y baratijas. Hoteles indios y en la avenida que lo forma de color púrpura es como estar en un decorado de Bollywood, mientras observas a sus gentes, eso si, vestidos típicamente indios.



Durante nuestra estancia en la ciudad , nos cambiamos de guest house a otra con suelo enmoquetado como antes decía y era agradable ya que era tipo albergue o comuna, donde compartías todo, baño y cocina, ya que incluía desayuno  e intercambiabas impresiones y consejos con otros viajeros. Llevábamos varios días allí, Kuala Lumpur nos encantaba pero queríamos ver mas partes de Malasia, no sabíamos por donde tirar y mirando la guía, a ojo y por propia deducción nos dirigimos hacia Kuala Terengganu. Para ello cogimos otro autobús y aquí en Malasia la característica sobre el transporte, es que es bastante moderno, cómodo y barato. Todos los buses, sean cuales sean las compañías contratadas, son de lujo, con asientos acolchados de cuero tipo sillón y muchos buses de dos plantas. Supongo que es una de las ventajas de ser un país productor de energías.




Llegamos a Kuala Terengganu que se sitúa al noreste del país. Elegimos esta ciudad por su proximidad a zonas costeras y unas islas cercanas. K.T. es una pequeña ciudad totalmente musulmana, aquí predomina totalmente el islam, donde quieras que fueras encontrabas alguna mezquita. Nos dimos cuenta que aquí para moverte no era de la misma forma que solíamos hacerlo en Tailandia, aquí no vale eso de coger una moto y recorrer distancia, porque las distancias son verdaderamente enormes. Nos informamos de como ir a las zonas de playa y para ello tendríamos que trasladarnos nuevamente. Estuvimos un par de días en la ciudad conociéndola y visitando quizá su mayor atractivo la “ Crystal Mosque” una mezquita situada en una pequeñísima isla muy cerca. Pero no te da la sensación de estar en una isla ya que esta tan próxima a la costa y a la vez se accede a ella por una carretera que hace que esté comunicada y no tengas la sensación de estar apartado como en una isla. El caso es que compartimos un taxi con unas coreanas muy simpáticas y risueñas como suelen serlo para dirigirnos a la mezquita. La mezquita es impresionantemente hermosa, como sacada de algún cuento árabe tipo Aladdin. Está situada en un recinto junto a los canales de agua que la rodean y suele ser visitada por las gentes locales más que por turistas.




Nos disponíamos a entrar Jairo y yo con nuestras vestimentas normales (para nosotros), cuando en la entrada de la mezquita, el encargado junto a otro hombre, nos indico que nos pusiéramos por favor una túnica mas acorde que nos facilitaron para entrar. Nos lo dijeron con tal amabilidad y con unas sonrisas que nos llegaron al alma. Me sentí de nuevo cómodo y muy a gusto entre gente diferente, recibiéndome y tratándome con tantísima amabilidad. Al entrar a la mezquita ya correctamente vestidos y descalzos para poder pisar suelo sagrado, admiramos su belleza interior, su cúpula y los allí asistentes rezando y charlando entre ellos. Nosotros andábamos tranquilos, cómodos, admirando y haciéndonos fotos. Después de un momento salimos y con los hombres de la entrada estuvimos un rato hablando y divirtiéndonos un poco haciéndonos fotos, dimos un paseo por los alrededores, donde por cierto se me rompió una de mis sandalias y me tocó ir descalzo hasta llegar a la ciudad, fue un momento divertido ya que algunas zonas del suelo estaban ardiendo del calor que hacía, a Jairo le parecía especialmente divertido je je.
Teníamos que volver y para ello teníamos que coger un taxi de vuelta, pero no sabíamos donde, ya que la zona esta apartada y todo el mundo que iba allí llegaba con su coche particular. Había un grupo de chicos locales a los que le preguntamos como coger un taxi, ellos inmediatamente cogieron sus móbiles y llamaron para encargar uno. Mientras esperábamos al taxi, ellos se presentaron y nos preguntaron sobre nosotros y nuestras vidas con una curiosidad típica e inocente. Nos aconsejaron sobre el precio del trayecto y que no pagásemos mas de lo que nos habían aconsejado, fueron muy amables y estuvieron con nosotros hasta asegurarse de que regresábamos “sanos y salvos” en el taxi que tan amablemente nos consiguieron. Una vez mas estábamos comprobando la amabilidad de las gentes locales, la predisposición a ayudarte si lo necesitas con desinterés y con una amable sonrisa. Uno siempre adquiere indirectamente los miedos y prejuicios que una sociedad o cultura como la tuya propia, te inculca durante tu vida y te das cuenta de lo diferente y equivocado que es todo, solo hace falta abrirse un poco, conocer mas allá de lo que ves y abrir tu corazón no solo hacia a los demás, sino a ti mismo...

Kuala Terengganu también tiene su zona China Town, no tan grande como en Kuala Lumpur, pero suficiente como para darte un paseo y por ejemplo comprarte unas nuevas sandalias y parar a comer en un restaurante coreano, ademas de entrar en un templo chino y ver a unas ancianas realizar sus rezos y ofrendas al Dios de turno.

Un día volvíamos de un largo paseo por la costa e íbamos a coger un bus local para regresar a nuestro hotel. En la parada había un chico, turco. Con el cual entablamos conversación y entre unas cosa y otras le dijimos que desearíamos ir a visitar alguna isla. El chico que sabía hablar algo de español ya que había trabajado un tiempo en España como camarero y aquí en K.T. trabaja de cocinero, nos informó de las islas cercanas tales como Lang Tengah Island, Bidong Island o Tenggol Island. Nos dijo que las islas eran espectaculares, eran las típicas que sólo se podía acceder y salir de ellas con algún bote de algún local, ya que no había ferris, y que una vez allí solo era para estar de relax ya que no había mucho mas que hacer. A parte nos dijo que era algo caro, por la dificil comunicación y acceso a ellas. También nos habló de otra isla mas al sur (Pulau Tioman island), la cual era mas accesible, barata y lo más importante, no tan turística.
Una vez mas, otra amable persona, sin importar de donde sea, fue amable y atento con nosotros sin más.



Nuestra estancia y experiencia en Malasia estaba siendo de lo mas sorprendente y positiva, ya no por el país en sí o por sus lugares y sitios, sino por sus gentes. Las cuales siempre nos trataban con una amabilidad que quizá por nuestros prejuicios preconcebidos por nuestra antigua vida no nos esperábamos. De nuevo nos sentimos privilegiados por vivir esta experiencia y aventura en un país desconocido para nosotros, del que entramos con cierto cauto y que el destino quiso enseñarnos hilando sus hilos hacia este país, hacia este mundo musulmán.