Para la
mayoría de los occidentales, la idea de Asia no la asociamos con la
cultura musulmana o el islam. Casi siempre nos viene a la cabeza
religiones como el budismo, el hinduismo o la taoista entre otras. El
concepto que tiene occidente sobre el principal núcleo islámico o
donde se concentran mayor número de musulmanes en el mundo es en
oriente próximo. Constituyendo ello un gran error ya que en oriente
medio sólo forman el veinte por ciento de la población mundial de
musulmanes. Gran parte de las mayores densidades demográficas del
mundo islámico, se encuentran en Asia oriental. La India tiene una
población de 150 millones de musulmanes, el quince por ciento de su
población total. Malasia, Indonesia y Bangladesh son tres países
asiáticos con una población mayoritariamente musulmana. De hecho
Indonesia es el país con mayor número de musulmanes del mundo,
aproximadamente unos 190 millones, seguido de Pakistán e India.
La verdad es que no teníamos ni idea, ni ninguna información ni referencia sobre Malasia, salvo la técnica de nuestra guía. No es lo mismo que cuando por ejemplo te diriges a Tailandia, uno sabe lo que se va a encontrar mas o menos, o si vas a a otro país como China, nunca he estado, pero sé que tipo de país es y lo que me encontraré mas o menos, sabiendo que luego la experiencia no será igual a la idea preconcebida. Pero el caso es que no teníamos ni pajolera idea, ni la mas mínima de como sería Malasia. Tal vez fuera nuestra falta de conocimiento o nuestra propia ignorancia. Pero este desconocimiento sobre el país, iba a darle a la aventura mas emoción si cabe. Entrábamos a un mundo desconocido, un mundo del que sólo sabíamos que se regían por el islam..estábamos a punto de entrar a un mundo musulmán.
Cogimos en
Tailandia nuestro último paquete de viaje con destino Kuala Lumpur (
Malasia) , a nosotros nos sonaba a “chino”, no la conocíamos ni
siquiera por vergüenza, ya que es la capital de Malasia, pero
bueno...(ahora una vocecilla en el aire diría eso de “deberías
haber estudiado más”).
Durante el viaje,
hicimos nuestras correspondientes paradas en las fronteras, sello
aquí, sello allá.Y al cambiar de país, lo curioso es que también nos cambiaron de autobús. Semanas antes estando en Bangkok, veía pasar autobuses de dos plantas y a todo lujo, casi siempre por grupos organizados de japoneses. Y le comentaba a Jairo que me gustaría mucho un día estar en uno de esos, pero que sería muy improbable ya que costaría mucho, suponía entonces. Ya que como es normal siempre procuramos movernos de una forma económica. Pues resulta que el destino je je, nos quiso regalar ese capricho y en el cambio de autobús nos tocó una de esos lujosos y de dos plantas. Estábamos como niños flipándolo y sobre todo gozando del confort que ofrecía aquello, ¡puf! Para nosotros un lujazo, acostumbrados a ir en tuks tuks y autobuses abarrotados y como en Nepal teniendo que ir en la baca o techo del bus esquivando cables de luz y ramas de árboles je je que recuerdos.
El caso es que nuestro trayecto hacia Kuala Lumpur era de lo mas cómodo y de vez en cuando hacíamos paradas en áreas de descanso y sorprendentemente para nosotros comprobábamos que las infraestructuras eran iguales o mejores que en España. Lo notábamos sobre todo en las carreteras y en las autopistas, perfectamente pavimentadas y varios carriles en cada sentido.
Malasia es uno de
los países mas ricos de Asia, ya que es productor y exportador de
gas y petroleo. Y durante el viaje observando el paisaje, que era
todo jungla, selva y verde miraras por donde miraras. De vez en
cuando veías refinerías petrolíferas y chimeneas gigantes y
cilíndricas con la llama arriba quemando el gas. Por un lado
observabas a la naturaleza y por otro como el hombre la explota,
curiosa paradigma a través de la ventana del lujoso bus.
Ya era de noche cuando entrábamos a Kuala Lumpur, y nos quedamos boquiabiertos ante tal belleza. Rascacielos y edificios inmensos, siendo lo mas destacable su perfecta e impresionante iluminación. Casi todos lo edificios tienen una espectacular o bien predispuesta iluminación, expuesta para ser observaba. Quizá porque sea madrileño y haya crecido en una gran ciudad, pero siempre he sentido esa admiración y bienestar en una gran urbe, rodeado de grandes edificios, con su transporte público, tráfico y estrés. He vivido durante 14 años en la costa alicantina, pero siempre en algún momento he echado de menos movimiento y acción como yo lo llamo, de una gran capital como es Madrid. Siempre me siento cómodo en mitad de las grandes junglas urbanas. Y justo estábamos entrando en una que muy bien podría llamarse la ciudad de la luz.
Llegamos a nuestro destino y el lujoso bus nos dejó cerca de China Town, una de las zonas mas características de la ciudad, al igual que también constituyen parte de ella Little India y la zona financiera entre otras. Nos adentramos en China Town, era ya tarde, las diez de la noche y el cielo estaba lleno de farolillos rojos chinos. De un techado a otro colgaban como guirnaldas y parecía ser como una feria. Caminábamos con nuestras mochilas junto a una chica francesa con la que compartimos viaje desde Tailandia y nos abríamos paso entre toda esa multitud que interactuaba con todo lo de su alrededor. Cajas de madera y cartón apilados, puestos callejeros estrechos tipo cabinas como mini tiendas. Mirando hacia arriba en los laterales de las calles podías divisar carteles y rótulos de neón con tipografía china, los balcones y terrazas de los edificios eran exactamente como tantas veces lo había visto en las películas y en la tele. China Town era singular, peculiar y caótica, me encantaba aquello. Porque desprendía vida por donde miraras, todo era nuevo, mágico, sorprendente y emocionante.
Buscamos alojamiento, aquí hay de todo tipo. Tanto penosa, como una que vimos que en la entrada (tipo pasillo), al entrar un poco había una enorme telaraña impidiendo el paso por el mismo pasillo, acompañada de humedades y goteras, como decentes con suelo enmoquetado a un precio razonable. Nos alojamos en una guest house normalita, a un precio normal. Aqui en malasia la moneda es el Ringgit Malayo “MYR” (1euro = 4 Ringgits). La habitación nos salió por unos 45 MYR, sin baño (compartido exteriormente), pero suficiente para el uso que queríamos de ella, dormir.
Al día siguiente
nos levantamos temprano para explorar la ciudad. Nos dirigimos hacia
el centro financiero, donde se encuentran las famosas (ahora lo
sabemos) torres Petronas, que fueron las torres mas altas del mundo
en su día, ahora están en el puesto séptimo. Pero conservan el
título de las mas altas torres gemelas del mundo, 452 metros.
Mientras nos dirigíamos hacia las torres, observábamos la ciudad ya
con la luz del día y nos percatábamos de las maravillas que tiene. No es solo su modernidad como urbe, no es por la belleza
de sus rascacielos, sino por sus gentes. Kuala Lumpur es una mezcla
de etnias asombrosa. Aquí se mezcla culturas y etnias de todo tipo,
las que mas predominan son la Malaya con un 55 % seguida de la China
con un 25% y la India con un 10%. Lo bueno de todo es la perfecta
armonía y convivencia que hay entre unos y otros, respetándose y
valorándose entre ellos. Deberíamos aprender bastante de ellos y
dejar de ser tan xenófobos como lo somos en general en España. Me
apuesto lo que sea que a la gente española toleran a los chinos por
sus tiendas y precios baratos, pero si ellos quisieran construir
templos a sus dioses, seguro que pondríamos el grito en el cielo.
Aquí en Kuala Lumpur y en Malasia en general son bastante mas
tolerantes con los de fuera, con los inmigrantes, con el diferente. Y
conviven entre todos con una ejemplaridad que ya me gustaría mi en
mi propio país.
Visitamos las
Torres Petronas, descubriendo que en su interior alberga a parte de
oficinas, un gran y lujoso centro comercial, donde podías comer por
muy poco distintos tipos de comida, india, kebabs, china,
vegetariana, pizzas etc... Aquí en Malasia comer es tan barato que a
la gente, le resulta mas caro comprar en el super y hacerse la
comida que comer en la calle o restaurante. Seguíamos deleitándonos
de esta ciudad, recorriendo calles y sorprendiendonos en cada
esquina. Por la tarde y cuando era ya de noche quisimos regresar a la
zona financiera para contemplar la maravilla de la luminosidad en sus
rascacielos y para sorpresa nuestra y como una bienvenida nos
encontramos en la plaza donde se encuentran las Torres Petronas, un
festival. Donde había montado un escenario en mitad del lago
artificial que alli se encuentra. El evento era “Kuala Lumpur
International Music & Light Festival (World Gas Conference
2012)”, donde a cargo de las grandes empresas y multinacionales
organizan tal evento con actuaciones musicales, espectáculos de luz
y sonido, tanto en el lago interactuando con las fuentes como hologramas
musicales en las fachadas de los edificios de las torres Petronas. Un
auténtico espectáculo de luz y color que para nosotros interpretamos que era el
recibimiento que nos brindaba la ciudad y con ello hizo que fuera una
de las noches mas especiales de nuestro viaje.
Pasaban los días
y no dejábamos rincón sin explorar, visitamos templos chinos,
hindúes, también mezquitas y viajábamos por el skytrain que aquí
esta más desarrollado que en Bangkok, ya que tiene varias lineas y
buena comunicación. También dispone del monorail, parecido al
skytrain, pero este circula en una linea independiente, es tan
independiente que no tiene ni conductor, es tripulado por ordenador.
Visitamos hasta un acuario donde pudimos ver de cerca a tiburones
blancos y toda especie marina que se precie. Dábamos grandes paseos,
investigando todo, llevándonos sorpresas como en la de en un centro
comercial donde arriba del todo se ubicaba un parque de atracciones,
nada que envidiar al de Madrid. Sorprendentemente estabas en uno
¡pero con techo!. Pagando un módico precio podías montar en todas
y cada una de ellas. Como niños allá que fuimos, tiene una montaña
rusa bastante decente con sus loopings incluidos, ademas de otras
atracciones de las que sales
bastante mareado je je.
Solíamos cenar en China Town en un restaurante chino callejero, el resto de comidas sobre la marcha durante el día y de todo tipo, aquí hay variedad eso es lo bueno. Otro día visitamos la torre Menara, es una torre de telecomunicación de 421 metros. Que desde su planta superior esférica uno puede observar Kuala Lumpur a una altura superior a la de las torres Petronas , ya que está situada sobre una pequeña colina y con una perspectiva y un angulo de 360º. Fue impresionante ver todo la ciudad desde lo alto.
También visitamos la zona de Little India, donde es mucho mas pequeña de lo que esperábamos. Aún así tiene su encanto, con sus tiendas de trajes a medida, sus sedas y baratijas. Hoteles indios y en la avenida que lo forma de color púrpura es como estar en un decorado de Bollywood, mientras observas a sus gentes, eso si, vestidos típicamente indios.
Durante nuestra
estancia en la ciudad , nos cambiamos de guest house a otra con suelo
enmoquetado como antes decía y era agradable ya que era tipo
albergue o comuna, donde compartías todo, baño y cocina, ya que
incluía desayuno e intercambiabas impresiones y consejos con otros
viajeros. Llevábamos varios días allí, Kuala Lumpur nos encantaba
pero queríamos ver mas partes de Malasia, no sabíamos por donde
tirar y mirando la guía, a ojo y por propia deducción nos dirigimos
hacia Kuala Terengganu. Para ello cogimos otro autobús y aquí en
Malasia la característica sobre el transporte, es que es bastante
moderno, cómodo y barato. Todos los buses, sean cuales sean las
compañías contratadas, son de lujo, con asientos acolchados de
cuero tipo sillón y muchos buses de dos plantas. Supongo que es una
de las ventajas de ser un país productor de energías.
Llegamos a Kuala
Terengganu que se sitúa al noreste del país. Elegimos esta ciudad
por su proximidad a zonas costeras y unas islas cercanas. K.T. es una
pequeña ciudad totalmente musulmana, aquí predomina totalmente el
islam, donde quieras que fueras encontrabas alguna mezquita. Nos dimos
cuenta que aquí para moverte no era de la misma forma que solíamos
hacerlo en Tailandia, aquí no vale eso de coger una moto y recorrer
distancia, porque las distancias son verdaderamente enormes. Nos
informamos de como ir a las zonas de playa y para ello tendríamos
que trasladarnos nuevamente. Estuvimos un par de días en la ciudad
conociéndola y visitando quizá su mayor atractivo la “ Crystal
Mosque” una mezquita situada en una pequeñísima isla muy cerca. Pero no te da la sensación de estar en una isla ya que
esta tan próxima a la costa y a la vez se accede a ella por una
carretera que hace que esté comunicada y no tengas la sensación de
estar apartado como en una isla. El caso es que compartimos un taxi
con unas coreanas muy simpáticas y risueñas como suelen serlo para
dirigirnos a la mezquita. La mezquita es impresionantemente hermosa,
como sacada de algún cuento árabe tipo Aladdin. Está situada en un
recinto junto a los canales de agua que la rodean y suele ser
visitada por las gentes locales más que por turistas.
Nos disponíamos a entrar Jairo y yo con nuestras vestimentas normales (para nosotros), cuando en la entrada de la mezquita, el encargado junto a otro hombre, nos indico que nos pusiéramos por favor una túnica mas acorde que nos facilitaron para entrar. Nos lo dijeron con tal amabilidad y con unas sonrisas que nos llegaron al alma. Me sentí de nuevo cómodo y muy a gusto entre gente diferente, recibiéndome y tratándome con tantísima amabilidad. Al entrar a la mezquita ya correctamente vestidos y descalzos para poder pisar suelo sagrado, admiramos su belleza interior, su cúpula y los allí asistentes rezando y charlando entre ellos. Nosotros andábamos tranquilos, cómodos, admirando y haciéndonos fotos. Después de un momento salimos y con los hombres de la entrada estuvimos un rato hablando y divirtiéndonos un poco haciéndonos fotos, dimos un paseo por los alrededores, donde por cierto se me rompió una de mis sandalias y me tocó ir descalzo hasta llegar a la ciudad, fue un momento divertido ya que algunas zonas del suelo estaban ardiendo del calor que hacía, a Jairo le parecía especialmente divertido je je.
Teníamos que
volver y para ello teníamos que coger un taxi de vuelta, pero no
sabíamos donde, ya que la zona esta apartada y todo el mundo que iba
allí llegaba con su coche particular. Había un grupo de chicos
locales a los que le preguntamos como coger un taxi, ellos
inmediatamente cogieron sus móbiles y llamaron para encargar uno.
Mientras esperábamos al taxi, ellos se presentaron y nos preguntaron
sobre nosotros y nuestras vidas con una curiosidad típica e
inocente. Nos aconsejaron sobre el precio del trayecto y que no
pagásemos mas de lo que nos habían aconsejado, fueron muy amables y
estuvieron con nosotros hasta asegurarse de que regresábamos “sanos
y salvos” en el taxi que tan amablemente nos consiguieron. Una vez
mas estábamos comprobando la amabilidad de las gentes locales, la
predisposición a ayudarte si lo necesitas con desinterés y con una
amable sonrisa. Uno siempre adquiere indirectamente los miedos y
prejuicios que una sociedad o cultura como la tuya propia, te inculca
durante tu vida y te das cuenta de lo diferente y equivocado que es
todo, solo hace falta abrirse un poco, conocer mas allá de lo que
ves y abrir tu corazón no solo hacia a los demás, sino a ti
mismo...
Kuala Terengganu
también tiene su zona China Town, no tan grande como en Kuala
Lumpur, pero suficiente como para darte un paseo y por ejemplo comprarte unas
nuevas sandalias y parar a comer en un restaurante coreano, ademas de entrar
en un templo chino y ver a unas ancianas realizar sus rezos y
ofrendas al Dios de turno.
Un día volvíamos
de un largo paseo por la costa e íbamos a coger un bus local para
regresar a nuestro hotel. En la parada había un chico, turco. Con el
cual entablamos conversación y entre unas cosa y otras le dijimos
que desearíamos ir a visitar alguna isla. El chico que sabía hablar
algo de español ya que había trabajado un tiempo en España como
camarero y aquí en K.T. trabaja de cocinero, nos informó de las
islas cercanas tales como Lang Tengah Island, Bidong Island o Tenggol
Island. Nos dijo que las islas eran espectaculares, eran las típicas
que sólo se podía acceder y salir de ellas con algún bote de algún
local, ya que no había ferris, y que una vez allí solo era para
estar de relax ya que no había mucho mas que hacer. A parte nos dijo
que era algo caro, por la dificil comunicación y acceso a ellas.
También nos habló de otra isla mas al sur (Pulau Tioman island), la
cual era mas accesible, barata y lo más importante, no tan
turística.
Una vez mas, otra
amable persona, sin importar de donde sea, fue amable y atento con
nosotros sin más.
Nuestra estancia
y experiencia en Malasia estaba siendo de lo mas sorprendente y
positiva, ya no por el país en sí o por sus lugares y sitios, sino
por sus gentes. Las cuales siempre nos trataban con una amabilidad
que quizá por nuestros prejuicios preconcebidos por nuestra antigua
vida no nos esperábamos. De nuevo nos sentimos privilegiados por
vivir esta experiencia y aventura en un país desconocido para
nosotros, del que entramos con cierto cauto y que el destino quiso
enseñarnos hilando sus hilos hacia este país, hacia este mundo musulmán.
gracias por tan buena información
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