Koh Lanta era perfecta, nuestra estancia se convirtió en un bienestar inesperado. Aunque estábamos muy a gusto, queríamos seguir indagando, descubriendo y recorriendo sitios.
Calita en Phi Phi Don |
Seguimos nuestra particular ruta, decidiendo a dedo nuestro siguiente paso. Sin planear nada especial y sin prisas. Así pues decidimos ir a las famosísimas “Phi Phi Islands”, unas de las islas mas carismáticas de Tailandia. En realidad son un grupo de islas en mitad del mar de Andaman entre Koh lanta y Phuket, situándose también a tan solo cuarenta y tres kilómetros de Krabi. Se compone de dos islas principales, Phi Phi Don Island y Phi Phi Lay Island, esta última famosa por la película “The beach” de Leonardo Dicaprio y su playa Maya Bay.
Desembarcamos en Phi Phi Don y para sorpresa nuestra y mas viniendo de donde veníamos, la isla estaba para nuestro parecer demasiado turística, con muchos locales y restaurantes, e incluso muchos de los mismos siendo propiedad de extranjeros y no de las gentes locales. Caminábamos con nuestras mochilas cargados y entre sus calles veíamos, tiendas de comida, de recargas de móviles, alguno no, algunos 7eleven. La parte central de la isla estaba dividida como en calles, calles llenas de tiendas de todo tipo para todo turista, desde agencias de viajes y buceo hasta de ropa occidental, Aquello parecía mas el casco antiguo de algún pueblecito costero mediterráneo lleno de tiendas vendiendo souvenirs que una isla paradisíaca. Tengo que decir que para nosotros si que fue algo chocante, ya que veníamos de Koh Lanta que es mucha más tranquila.
TON SAI BAY |
Pasado el primer momento buscamos alojamiento, aquí al ser tan turístico y famoso y peculiar, la isla es mas cara de lo habitual. Pero bueno...encontramos uno en condiciones y aunque fuera mas carillo para nosotros, era de los mas económicos de la isla ya que preguntamos en casi todos. Nos instalamos y fuimos a aprovechar el día, ya que llegamos temprano por la mañana. Lo primero que fuimos a ver fue la playa, que daba a la parte de atrás del puerto. Llevándonos una sorpresa al ver que aquella maravillosa playa con unas vistas increíbles, uno casi no podía bañarse ya que la orilla estaba manchada por los residuos de las lanchas y embarcaciones a motor. Una verdadera lástima que la tengan así y mas aún cuando al entrar a la isla te hacen pagar un impuesto de 20 bhats para el mantenimiento y limpieza de la isla...
Dimos un paseo por la playa, disfrutando de las vistas, que a pesar de lo antes mencionado uno puede deleitarse igualmente de ellas. Después nos dirigimos a la playa opuesta que se sitúa justamente al lado del puerto "Ton Sai bay", donde tiene un pequeño paseo marítimo de palmeras típicas de estampa. Pudimos darnos un baño en sus aguas cristalinas y disfrutar del momento, rodeados de los acantilados de la isla y de las embarcaciones pequeñas situadas mas adelante enfrente nuestra. Después de una hora empezaron a llegar embarcaciones de turistas, atracando cerca nuestra y poco a poco fueron invadiendo nuestro espacio de baño y sentenciando el mismo.
LONG BEACH |
Visto que la parte central de la isla era demasiado “estresante” para nosotros, fuimos a investigar un poco mas dirigiéndonos hacia otra playa (Long Beach). Nos dijeron que aquella era mucho mas tranquila, lejos de embarcaciones y edificaciones. La isla Phi Phi Don es muy estrecha por el centro y tiene la anchura de 2 o 3 calles, ensanchándose por sus laterales que lo forman unas montañas y los acantilados de las mismas. Pues bien, para dirigirnos a la playa “Long Beach”teníamos que bordear la isla, recorriendola por caminos y senderos que bordeaban calas y bosques con mucha vegetación. Tras el pequeño senderismo llegamos al fin a la playa. ¡Esto es otra cosa! Arena blanca, agua limpia y clara... había un par de resorts pero estos no estropeaban la armonía de la playa. Mientras te pegas un chapuzón puedes ver enfrente la isla Phi Phi Lay y algunas islitas o rocas emergentes que la rodean. Long Beach era una autentica playa paradisíaca. Lo mejor no solo era la playa en sí, sino el camino para llegar a ella, Que como he comentado antes teníamos que atravesar bosques y calitas llenas de encanto, regalándonos tramos de auténtica aventura.
El agua mas azul del mundo |
Ahí estábamos de nuevo en un lugar mágico y famosísimo, la marea estaba baja lo cual pudimos adentrarnos sin que cubriera casi nada. Como en todos los tours, estábamos controlados por horarios y llegó la hora de irnos, no después de haber inspeccionado los alrededores y hacernos la respectivas fotos. Habíamos disfrutado de un tour realmente maravilloso donde creíamos que iba a ser como los anteriores, pero sorprendidos descubrimos mas sitios que la preciosa naturaleza nos tenía reservado.
PILEH LAGOON |
Decidimos quedarnos otro día mas en
Phi Phi Don y ese día hicimos senderismo buscando uno de los tres
miradores que tiene la isla, caminamos un par de horas para poder ver
el atardecer desde lo alto y ¡vaya que si lo vimos! A parte de ver
el sol como se ponía, veíamos la isla desde una panorámica
privilegiada, donde divisábamos la parte mas estrecha y las dos
playas con el puerto bañándola.
VISTAS DE PHI PHI DON |
Decidimos que nuestra estancia ya era
suficiente y habíamos visto todo lo que teníamos que ver, y
quedarnos mas tiempo era mas gasto para nosotros. Preferíamos estar
en otro sitio mas barato y nuevo.
Cogimos un ferry que nos llevaría
hasta Phuket. Mientras esperábamos a que todo el mundo subiera , se
organizara y arrancara, nos pusimos en un lateral del mismo
contemplando las aguas transparentes y viendo a los peces de colores
nadando cerca y alrededor nuestra. Había un hombre al lado que
grababa con su super camara de video hd (lo sé porque miré a su
pantalla y ¡madre mía! parecía mas real su imagen que la propia),
mientras daba de comer a los peces para que así se agruparan para
poder grabarlos. Nos quedamos junto a otros pasajeros, atontados
viendo a los peces como iban de trozo de comida en trozo. Al rato
cuando empezó a moverse el ferry bordeamos el lateral hasta llegar
al otro lado donde se entraba hacia el interior, Jairo entró y yo me
quedé afuera y me coloqué en la parte mas adelante del ferry.Todavía no sé distinguir ni ubicar popa y proa, no sé si popa es la parte delantera o la trasera. Siempre los confundo, también es verdad que cuando me lo han dicho o explicado en el momento, si, pero luego se me olvida como es el caso. Son esas cosas que se te quedan confusas en la cabeza y que por mucho que te lo expliquen mil veces no se te queda y un día por lo que sea, ¡zas! se te queda, pero todavía no ha llegado ese día con popa y proa... Esto me recuerda a una de mis tardes con Teresa, mi profesora de ingles, en las que ella con todo su empeño intentaba meterme en la cabeza la diferencia entre el Much y el Many y yo aúnque me sabía la teoría perfectamente, nunca lograba distinguirlos y utilizarlos adecuadamente, digamos que el Much y el Many son mi Proa y Popa.
El caso es que estando en la parte
delantera del ferry, digamos donde se colocaron Leonardo Dicaprio y
Kate Winslet en Titanic con los brazos abiertos recibiendo esa
sensación de vertigo, pero a una escala mucho menor claro, estaba
yo. Contemplando como salíamos de la paradisíaca isla, rumbo a alta
mar, atravesando islas y rocas gigantes. Volví a buscar a Jairo,
para que no se perdiera esa sensación y compartirla juntos. Ya los
dos en la proa (¡taran!), veíamos como pasabamos cerca de las islas
que habíamos visitado dos días antes en el tour e íbamos
alcanzándolas y dejándolas atrás. Cuando empezamos a adentrarnos
en el mar el oleaje era mas fuerte. Nosotros estábamos tan adelante
que nos agarramos bien a las barandillas para no desestabilizarnos
del movimiento del ferry. Ya que subía y bajaba de una forma
bastante exagerada, parecía mas que estuviéramos en una atracción
de feria, ya que cuando el ferry bajaba después de la subida
producido por olas verdaderamente grandes sentíamos un cosquilleo en
el estómago muy fuerte provocándonos una risa tonta y hasta a veces
carcajadas haciendo que llorásemos de risa. Estábamos pasándolo
como niños, calculando y pronosticando que la próxima ola sería
fuerte y agarrándonos con fuerza y riéndonos mientras nos mirábamos
el uno al otro, compartiendo complicidad y disfrutando de algo tan
simple que hacía que fuera ese momento tan feliz como lo estaba
siendo...
LONG BEACH |
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